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XXV Congreso Pedagógico 2020

EDUCACIÓN PÚBLICA, REINVENTAR PEDAGOGIAS
COMUNIDADES, MEMORIAS Y SOLIDARIDADES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Ponente: Patricia Aballay, Sara Foldes y Ángeles Cotelo [1]

Título: “Una hoja Caída”. Memorial de estos días en la escuela

 

Palabras clave:  Memoria. Homenaje. Gesto colectivo. Abrazo comunitario. Presencia. Ausencia.

 

Nada sé de la muerte

me interesa la vida,

aunque a veces me roce

con su mano tendida

la parábola extraña

de una hoja caída

Víctor Heredia

Introducción

 

“Una hoja Caída” es un proyecto surgido en el marco de la pandemia por COVID-19 y sus innumerables consecuencias en nuestras vidas. En lo concreto tiene como objetivo la creación de una obra colectiva, federal y de convocatoria abierta para artistas ceramistas y de otras ramas, profesionales y aficionados y estudiantes de arte.

Una y múltiples obras cerámicas que evoquen colectivamente las vidas que fallecen en este contexto.

Además de la aplicación fáctica, que significa la realización de las piezas, encierra un conglomerado de significantes que sostienen ideológica y artísticamente esta búsqueda, que saluda lo poético y lo metafórico, y que busca reflejar en la singularidad de cada obra (hoja) lo original de cada vida, construida de sueños, proyectos, luchas, victorias y fracasos.

El Proyecto surge de docentes de la Escuela de Cerámica N° 1 pensando en cómo proponer a los/las estudiantes formas de comunicar sus emociones y sentimientos en relación con la pandemia a través de una obra que pudiese ser realizada en casa.

Nace en principio como una tarea con la invitación a recoger una hoja de árbol (de las que caen en otoño) e intervenir de manera figurativa o abstracta.

Rápidamente los bocetos y las intervenciones sobre hojas otoñales empezaron a vislumbrarse como algo más grande que podía convocar y evocar un sentir colectivo: la fragilidad de la vida, la pérdida de la misma. Y con ella la necesidad de materializarla, de dejarla como registro de un tiempo abrumador, insólito común y sin las despedidas a las que culturalmente estamos habituados. Y de este modo construir un memorial colectivo que ocupará ese espacio social que aún no podemos transitar, o lo hacemos de otra forma; por eso, primero es virtual y luego será físico.

En este sentido, pensamos alguna manera de ser facilitadoras de ese capital simbólico, de diseñar estrategias y actividades convocantes de una mirada que invite a la posibilidad de nuevas construcciones que nos involucren en sentimientos y sensaciones comunes a todes, teniendo en cuenta, sobre todo, que en estos tiempos la escuela dejó de ser el espacio físico (edificio y su mobiliario) para pasar a ser un espacio en construcción, la relación que construimos entre docentes y estudiantes.

Convencidas de que esta época diferente que nos toca atravesar implica un cambio de actitud en la enseñanza, debíamos generar propuestas nuevas y posibles de realizar en la no presencialidad.

Este contexto impuso la virtualidad como una de las formas casi exclusivas de poder comunicarnos con nuestros estudiantes y nuestras experiencias perceptivas y sensibles, que venían modificándose progresivamente por los nuevos medios, hoy están completamente transformadas por esa mediación. Como comenta Andreas Huyssen (2000): “(...) no podemos discutir la memoria personal, generacional o pública sin contemplar la enorme influencia de los nuevos medios como vehículos de toda forma de memoria”. Nuestra preocupación por la memoria no es un desplazamiento del miedo al futuro, sino la convicción de que acompañarnos es la mejor forma para atravesar este presente.

 

Desarrollo

Inicio del recorrido

 

¡Qué tiempos son estos, en que

hablar sobre árboles es casi un crimen

porque implica silenciar tanta injusticia!

B. Brecht

 

La propuesta de "Una hoja caída" surge en otoño, como una tarea pensada para tercero y quinto año en la materia Dibujo. Con el objetivo de que puedan intervenir un objeto en común, prestando atención a lo que naturalmente pasa en otoño, para relacionarlo de alguna manera con lo que nos estaba pasando como humanidad. La hoja caída es una imagen poética acerca de la fragilidad de la vida, pero también de su originalidad (cada hoja, como cada vida) única y diferente.

 Así fue como la profesora Patricia Aballay presentó la actividad a sus estudiantes:

"La parábola extraña de una hoja caída"

TERCER TRABAJO PRÁCTICO - DIBUJO

Para este tercer trabajo práctico o tarea de dibujo vamos a buscar una hoja de árbol, de esas que se caen en esta época, vamos a elegir una que no se rompa, porque la vamos a intervenir dibujando y pintando sobre ella con colores acrílicos.

Pensé que, de esta manera, cada hoja que diseñemos podría ser una especie de homenaje, o de recordatorio de aquellas personas que nos dejaron en estos días por causa de este virus.

La imagen puede ser abstracta o figurativa (envío 3 ejemplos).

Y la idea es (cuando volvamos al colegio) poder realizarla en alguna técnica de cerámica, con la colaboración de algún profe de Decoración.

Por ahora solo haremos el diseño.

Espero que les guste la propuesta.

Pd: por si no encuentran una hoja de árbol en condiciones para pintar arriba, pueden pasar la forma de la hoja en una hoja blanca de dibujo y sobre esa forma dibujar y pintar.

Muchas gracias a todes.

La mayoría de les estudiantes pintaron imágenes no necesariamente relacionadas con la muerte, sino como un mensaje abstracto o figurativo que habla de las singulares de cada une.

Reunimos las imágenes de las hojas intervenidas en un soporte común que da cuerpo de obra a la propuesta que puede visualizarse Acá. Además, articula la segunda instancia del Proyecto, donde la convocatoria está abierta a ser parte de un gesto colectivo, un homenaje que nos interpela a todes y trasciende el territorio de la escuela.

Apertura de la convocatoria a la comunidad y socialización del Proyecto

 

Se puede así soñar una sociedad de emancipados

que sería una sociedad de artistas. Tal sociedad rechazaría la división

entre los que saben y los que no saben, entre los que poseen

y los que no poseen la propiedad de la inteligencia.

Dicha sociedad sólo conocería espíritus activos: hombres que hacen,

que hablan de lo que hacen y que transforman así todas sus obras

en modos de significar la humanidad

que existe tanto en ellos como en todos.

 J. Rancière

Este Proyecto empezó a constituirse como una topología de red a partir de la necesidad de convocar y evocar un sentir colectivo: la fragilidad de la vida, la pérdida de la misma. Atravesó las fronteras de la clase para transformarse en una convocatoria abierta y federal que se comparte por las redes sociales.

 

Durante este proceso, y ampliando cada vez más las posibilidades de participación y de producción simbólica en el plano virtual, surgió la realización de un homenaje en la plataforma Trazos.club que posibilita el dibujo colectivo en tiempo real y animado en un lienzo digital. Este memorial virtual se propone como una acción colectiva que nos encuentra creando en el mismo espacio y tiempo.

 

Para pensar en la socialización del Proyecto, contemplamos que nuestras experiencias perceptivas y sensibles, que venían modificándose progresivamente por los nuevos medios digitales, hoy están completamente transformadas por esa mediación y la virtualidad se impone casi exclusivamente como forma de mantener los vínculos y sostenernos en este presente. Por eso, se construyen subjetividades en dos dimensiones: la dimensión física, en las hojas cerámicas y la dimensión virtual, en soportes digitales para socializar las producciones cerámicas y que se conozcan desde todos los puntos del país. Entonces, el medio también es el mensaje y una forma de entretejer esta red de sentido que construimos a modo de duelo colectivo, de un memorial que se hace efímero y permanente a la vez.

 

Construimos una presentación interactiva con la app Thinglink que puede verse Acá, la cual se va modificando a medida que se suman los homenajes en piezas cerámicas y además cada nueva visualización significa un recuerdo que se activa en la memoria de la persona que lo ve.

Proyecciones: Espacio Público y Emplazamiento (Patri)

Referentes

 

Si es verdad que la razón de ser fundamental de un lugar de memoria

es parar el tiempo, bloquear el trabajo del olvido, fijar un estado de cosas,

inmortalizar la muerte (...) está claro y es lo que los vuelve apasionantes,

que los lugares de memoria viven de su aptitud a la metamorfosis,

en el incesante rebote de sus significaciones

y el bosque imprevisible de sus ramificaciones.

P. Nora

 

Baldosas x la Memoria, la experiencia de la evocación sensible a la vida que trasciende

 

En la Argentina, como en otros países del mundo, existen diversas expresiones colectivas con el arduo compromiso de crear memoria en relación con las vidas de detenidos-desaparecidos o asesinados por el terrorismo de Estado. Una de ellas es la tarea que realiza Barrios x la Memoria y Justicia que investiga sobre la vida de las personas detenidas-desaparecidas en cada barrio antes y durante la última dictadura militar argentina, colocando una baldosa en homenaje a sus historias y símbolo de recuperación de sus identidades como sujetos que tuvieron una entidad presente. Así es que Baldosas x la Memoria construye una narración colectiva sobre un pasado doloroso con el que lidiamos como sociedad. “El recuerdo y la conmemoración se tornan cuestiones cruciales a la hora de procesar experiencias colectivas traumáticas” (Samanes, 2013). Para nosotras, este Proyecto es inspirador en la elaboración de una memoria plural y colectiva sobre nuestro presente, como una forma de concebirlo y así contribuir a la construcción de una narración colectiva que nos abrace en este duelo. Así como sucede con las baldosas, la hechura de las hojas es “efervescencia colectiva, según Durkheim, el “rito” permite mantener la vitalidad en las creencias y revivificar los elementos esenciales de la conciencia colectiva; solidifica la unidad del grupo y es la cuna de la creatividad cultural” (Samanes, 2013).

En relación con esta experiencia, nos entrevistamos con Osvaldo López, militante y expreso político quien, junto con otras personas y organismos de derechos humanos, gestó y materializó Baldosas x la Memoria. Le consultamos sobre la experiencia realizada para encontrar puntos de contacto y vértices compartidos.

 

Patri: Contanos cuándo se generó esta acción, desde cuándo, quiénes y por qué decidieron llevarla a cabo.

Osvaldo: Esta acción es un resultado del desarrollo de la lucha por Memoria, Verdad y Justicia, iniciada en los barrios, cuando se cerraron los canales institucionales para llevar adelante este justo reclamo que fue bandera de los organismos de DD.HH. y el marco que tuvo fue el de un pueblo movilizado por la crisis social que dejó el neoliberalismo. Fue la creatividad popular la que visibilizó lo que desde el Estado se quería ocultar, la existencia de los detenidos desaparecidos, los centros clandestinos de detención y los represores impunes por ley.

En el año 2006, en marzo se hace el lanzamiento de esta propuesta; previamente se había convocado a organizaciones barriales de 18 barrios, de la Ciudad de Buenos Aires, para darle forma, de esas reuniones asamblearias surgieron las definiciones que se llevan adelante.

El objetivo era interpelar a los vecinos sobre la existencia de los desaparecidos en sus barrios, para eso cada organización se comprometía a hacer un relevamiento e investigación de quiénes eran esos desaparecidos y hacer una reseña histórica de ese desaparecido/a, que es lo que se difundió en distintos dispositivos. Luego confeccionábamos una baldosa de cemento para colocar en las veredas con los datos del compañero desaparecido. Se eligió la vereda porque es un espacio público, no hay que pedir permiso, modificaríamos el trazado urbano y no podían dejar de leerse. Se eligió cemento porque era de fácil hechura para cualquiera y económico. Y al momento de la colocación se realizaba un acto de conmemoración.

Se colocan en los lugares donde los compañeros vivieron, trabajaron, estudiaron, militaron o fueron secuestrados.

Patri: ¿Por qué baldosas?

Osvaldo: Porque la mayoría de la gente va mirando el piso no el cielo y la idea u objetivo era que se vieran, que se leyeran, por eso también llevan vidrios de colores. La gente literalmente se la choca.

Patri: ¿Hay algo especial que quieras compartir como cierre?

Osvaldo: Lo más conmovedor para mí fue generar recomposiciones familiares. Sabemos que una de las consecuencias de la represión fue dividir a las familias, a raíz de esas campañas de demonización de las víctimas. Familias enteras quedaron divididas y no se vieron más. Esta acción de las baldosas permitía ese encuentro de nuevo y era reparador.

                                   

Conclusiones

Después de la charla con Osvaldo sentimos la enorme emoción y responsabilidad de tomar de alguna manera este legado: el de la memoria, el del homenaje, y el de él, hacer presente la evidencia de esa ausencia que duele, que marca, que queda. Cuando vemos las baldosas, pensamos irremediablemente en un tiempo determinado y eso es lo que pretendemos que ocurra con nuestras hojas caídas: que frondosamente ocupen el espacio público y nos traigan a nuestros muertos no como entes pasivos y lejanos, sino activos, como parte de nuestro presente, los nombramos y ansiamos que en el quehacer artístico sigan entre nosotros; fecundando nuestro espíritu.

 

Referencias bibliográficas

[1] Somos docentes de la Escuela de Cerámica N° 1. Patricia Aballay, riojana, artista plástica y docente formada en las escuelas públicas de arte. Mi pintura está relacionada con la búsqueda de la identidad latinoamericana. Creo en el arte como movilizador de gestos comunitarios. M. Ángeles Cotelo, nací en Buenos Aires en 1986, soy artista visual egresada de la UNA y trabajo como docente mediando en acciones que nos convoquen a todxs para ver y pensar el mundo desde la tecnología digital lo más humanamente posible. Sara Foldes, marplatense, 1978. Soy egresada de la Escuela de Artes Visuales Manuel Belgrano, de la cual me siento hija. Busqué continuar mi formación a través de herramientas y técnicas diversas que me permitan comunicar ideas. Creo en el artista docente que retroalimenta obra y enseñanza simultáneamente.

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