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XXV Congreso Pedagógico 2020

EDUCACIÓN PÚBLICA, REINVENTAR PEDAGOGIAS
COMUNIDADES, MEMORIAS Y SOLIDARIDADES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Ponentes: Laurencia Azul Bozzo [1]

Título: Memorias de la seño Lau en tiempos de zoom

Palabras clave: Amor. Unión. Amistad. Trabajo compartido. Lucha. Zoom. Pandemia mundial.

Empezando por el principio, marzo 2020

 

Habla el presidente Alberto Fernández, hay expectativa, confío mucho en él, asumió en diciembre, pienso… siempre va a ser mejor que los que se fueron, lo escuchamos atentamente, se dicta la cuarentena obligatoria.

Empezaron a llover memes, las compartimos, nos reímos, voy al chino, compro de más, así no salgo en 15 días, esto va a pasar rápido pienso, agradezco que mis amigos me dan su clave de Netflix, ahora sí que voy a ver las series que tengo pendientes.

Hablo con mi paralela, hacemos un buen equipo, ya trabajamos el año anterior, y agradecí al santo de les maestres que me tocó una compañera comprometida, tenemos varias diferencias políticas, pero las llevamos con bastante diplomacia, sabemos que el año es largo.

Y ahí empieza esta historia, extraña, única, dolorosa, que se alargó en el tiempo, que no sabemos cuándo ni cómo es el final, y que hace que esté acá sentada escribiendo.

 

¿Cómo era el nombre y el apellido de todes?

 

Soy maestra de quinto grado A y B, son casi 40, recién nos estamos conociendo, y de pronto estoy frente a la computadora haciendo una lista de todos y todas, algunos los tengo de vista, a los más inquietos los conozco por el nombre, por el recreo, por el comedor, porque son los de vianda.

Pero ahora estoy en mi casa, y se me hizo una laguna, cuáles eran del A y del B . Luisiana y Ludmila, una tiene flequillito largo, ¿te acordás ? La otra es la más callada.

No tuvimos tiempo ni de traernos las listas, esto es como un rompecabezas, la seño Dani que los tuvo el año pasado nos ayuda a armarlas, creo que lo logramos, hay muchos nenes y nenas nuevas, me falta una nena, ya la voy a encontrar.

Y así logramos un Drive completito, con mails de las madres o padres, costó bastante pero ahora les puedo decir que lo logramos.

 

¿Cómo llegamos hasta elles?

 

Menos mal que soy de usar el Edmodo, ya habíamos abierto uno, así que nos pusimos a recuperar claves, armar un instructivo de cómo entrar, y abrirle a todos y todas uno.

Empezamos a mandar actividades a la escuela, el director las sube al docs. ¿Las completarán?  ¿Entenderán las actividades?

También intentamos la plataforma Mi Escuela…, no crean que no, fue imposible, subí todo 15 veces, se borraba, se perdía, aparecía, se volvía a perder. Listo, nos pusimos firmes, volvemos al Edmodo y ya nadie nos mueve.

Como ya estábamos llegando al 24 de marzo, empiezo a trabajar con cuentos censurados. Qué raro es no poder ir al parque de la Memoria, qué difícil poder transmitirles la emoción que me da esta fecha, no es lo mismo que cuando yo les leo estos cuentos, cuando los trabajamos en clase, empiezo a pensar cómo se los podría leer, hago un vivo de Instagram con mi amiga Romi, para ver si se ve, si se escucha, yo hasta ahora creía que los vivos los hacían los famosos nomás.

Es momento de hacer zoom, dicen que cuando lo descargás te entran virus, que te sacan los datos, decido arriesgarme, ya pasó un tiempo y es necesario empezar a pensar cómo los vemos, nos escriben en el Edmodo que nos extrañan, que nos quieren, ellos también están necesitando el contacto con sus seños.

El primer encuentro es medio aburrido, son pocos. ¿Por qué no ponen la cámara, así les vemos las caritas? Alguno la prende, están tímidos, los saludamos recontentas. Votamos un nombre para nuestro grupo ATR Quinto. ¡Ahora sí! Creo que lo vamos a lograr..

 

Llegó el primer caso de COVID

 

Ya pasó la novedad, la cuarentena se fue alargando, vi varias series, se me están agotando las ideas de qué cocinar, tengo una hija adolescente que se va poniendo de mal humor, nos turnamos con la compu, ella no tiene, nunca más le dieron una desde cuarto grado.

Mi celular suena sin parar, los grupos de whatsapp se reproducen, ya tengo tantos que tengo miedo de mandar algo equivocado, mi celular no da más, espero que dure hasta que termine la pandemia.

Me escribe la mamá de Bauti, porque a esta altura ya todas las mamás tienen nuestros celulares, ya que la cadena de mails, el Edmodo, los docs no llegan a todes, también mandamos las tareas por celular, y vamos a la escuela a imprimirlas y a dejarlas para que cuando las familias retiran los bolsones se las puedan llevar a les chicos y chicas  que no tienen ninguna de esas opciones.

Bauti tiene COVID, está internado, la mamá también tiene y está aislada con él, me quedo muy mal, hasta ahora no conocía a nadie con coronavirus, los hermanos que también son alumnes de nuestra escuela quedaron solos en la casa, nos ponemos en contacto con uno de los grupos de les maestres y empezamos urgente a organizarnos, juntamos plata por transferencia, descubro mercado pago y una compañera, maestra de los hermanos de Bauti, hace las compras y otra se las lleva a San Martín.

Hablo todos los días con él y su mamá, me impresiona que es tan chiquito y le falta el aire. Se pone muy contento cuando hablamos, le hablo de Boca que es fanático, se ríe y me agradece.

Está mejor, pasaron como diez días, les dan el alta. La alegría es de todes, estalla el grupo de la 22 de sticker y caritas felices.

 

Y pasan los meses

 

Habla Alberto, vienen las filminas, me convenzo que falta para volver. El pico no llega, se empieza a hablar del regreso a las clases presenciales después de las vacaciones de invierno, ahora sí que siento que la situación se va a poner más difícil, las familias se empiezan a enfermar, les maestres también, seguimos haciendo lo que podemos, en casa Luna, mi niña adolescente, está agotada, mi compañero que sale a trabajar,  las radios son esenciales. Llevamos todas las semanas mercadería al comedor del barrio que a esta altura está repleto, también de pasada le dejo a mi mamá y a Gera, su marido, que son mayores.  A la compañera de Luna se le prendió fuego la casa, perdieron todo, juntamos de todo, y no sé por qué uno empieza a sentir culpa, a sentir que nada alcanza.

Las familias están desesperadas, en lo de Cande se comieron la última gallina, la mamá se viene desde muy lejos a buscar la canasta, le dejo unos libros que le van a gustar, le armo actividades y las imprimo en el cole cuando no hay nadie.

Los audios se van poniendo cada vez más llenos de amor, el amor va y viene, los saludos, los corazones, las caritas.

Llegamos así a agosto, si me lo hubieran dicho en marzo no lo hubiera creído, ahora sí que la ciudad en donde vivo se va poniendo más hostil que antes, nosotres les maestres ya estamos acostumbrados, son muchos años de maltrato y denostación, pero ahora queda tan claro el desprecio a les niñes, a las familias que me da tristeza y desilusión.

Y les compañeras y compañeros van cesando de sus cargos, Lucía tiene a la familia con COVID y se quedó sin trabajo, sin sueldo, no sabemos hasta cuándo.

Pero nosotras seguimos, no nos damos por vencidas, se van sumando algunos chicos que consiguieron dispositivos, el día de las infancias hicimos un picnic virtual, nos disfrazamos, cantamos, comimos lo que teníamos, Simón toca con la guitarra un tema de Nirvana, nos pusimos de fondo lugares donde nos gustaría estar, Viky dijo que casi parecía un picnic de verdad, terminamos felices.

¡Llegó nuestro día! Una mamá me escribió y me pidió la dirección de mi casa, sin compromiso, y el 11 me trajo una bolsa llena de dibujos y regalitos, lo que más me emocionó es que nos hicieron un video con todos los chicos y chicas ¡mandándonos saludos! Hasta los que no se pueden conectar, los vi tan grandes, tan llenos de sueños, y ahí se me ocurrieron un montón de nuevas actividades más para hacer con ellas y ellos, ahí es cuando te das cuenta de que nunca podés bajar los brazos ni rendirte ante tanto egoísmo.

 

Casi que llega la primavera

 

La llegada de la primavera siempre fue distinta a esta, a mí me gusta mucho salir, no paro, siempre tengo alguna amiga para visitar, con mi familia salimos, paseamos, nos encanta tomar cafecito. Todos los domingos mi mamá y Gera vienen a almorzar, pero ahora me conformo con que los 29 me hacen ñoquis y me los pasan por la ventana de su casa; a veces ya empiezo a pensar que ni las fiestas vamos a poder pasar con ellos.

Los meses se hacen largos y la vuelta a la escuela es imposible, los chicos y chicas lo saben, se conectan mucho más, escriben todo el tiempo, mandan mensajes, dibujos, fotos, el libro que estamos leyendo “ El espejo africano” abre múltiples ideas, de esclavitud, de igualdad, de derechos, elles hacen reflexiones que me dejan pensando tanto, la tienen tan clara, me emocionan todos los días.

La mamá de Oli me escribe y me dice que la nena le cuenta lo que vemos y que no puede creer cómo lo manifiesta y aprende, me encanta, pero a la vez esa sensación de los que quedan afuera, de los que ni siquiera tienen la oportunidad de nuestros encuentros virtuales…, no pueden sentir lo mismo que Oli.

Tomando la idea del espejo van mandando fotos de sus objetos preferidos, explican porque es tan especial, salen ideas hermosas, recuerdos, son tan creativos, me hacen reír .

 

La lucha esta vez la seguimos desde casa

 

Acá estamos, en nuestras casas, les maestres también la están pasando mal, estamos adentro, sabemos que no es el momento de salir a las calles, uno se siente impotente, nos escribimos, los chat no paran nunca, cada conferencia de prensa, cada declaración que duele en el alma, nos llegan mails como que nada pasa, como que se preocupan por nosotres, no les creemos, ni les vamos a creer nunca.

Hacemos reuniones por zoom, asambleas, escuchamos atentamente a todes, agradezco tanto tener compañeras y compañeros tan valientes, con ideas tan claras, que nos dan las fuerzas para seguir luchando, como podemos, desde adentro, con amor, el que siempre tenemos desde que decidimos ser maestres, ese que se necesita tanto para estos tiempos de pandemia, ese que se necesita siempre para sostener la escuela virtual o presencial, pero que nunca nos falta.

 

Cerrando estas reflexiones en tiempos en que nada sabemos

 

Terminando estas humildes reflexiones de una maestra que le toca escuchar, contener, querer y enseñar, desde la distancia, desde la virtualidad, desde encuentros lejanos que nadie había imaginado hace unos meses, pensando en todos esos chicos y chicas que no se pueden conectar desde hace tantos meses, que no pueden escuchar la voz de sus compañeres, ni las nuestras, que no pudieron escuchar cómo les leía esos cuentos prohibidos, que no pudieron cantar los cumpleaños, ni ver las mascotas cuando las mostramos frente a la compu, que no pudieron jugar al “Dígalo con mímica”, ni al “Pictionary” virtual, los que se perdieron nuestro picnic, y nuestras jornadas de ESI, los que están en sus casas sin tener ningún contacto con nosotras, con sus amigues, con la escuela que hoy nos toca transitar, pensando que hubiera sido tan sencillo que esos niños y niñas no se hubieran perdido nuestros encuentros, solo si se hubiera respetado sus derechos, solo si hubieran tenido su computadora y la conectividad, se podría haber evitado tanta soledad, tanto desamparo.

 

También pienso en esta ciudad que nos toca vivir, esta ciudad de exclusión y desigualdad, esta ciudad llena de lindos bares, veredas hermosas, parques para correr y marchas pidiendo libertad, pero sin lugar para chicos y chicas que quieren aprender, que quieren escuchar, que tienen mucho para decir.

 

Estoy segura de que alguna vez estos niñes van a tener lugar para hablar, lugar para contar sus sueños y ese día ya no va a haber lugar para los otros, para los que los dejaron callados.

 

Referencias bibliográficas

 

Les dejo el Link del video del trabajo de los chicos y chicas.

watch?v=NzqWDhnApK4

 

[1] Profesora para la Enseñanza Primaria. Maestra de 5to. grado.

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