30 años de lecturas y registros
XXIV Congreso Pedagógico 2019
EDUCACIÓN PÚBLICA EN LUCHA
LECTURAS Y REGISTROS PARA LA CONVIVENCIA CIUDADANA
Ponentes: Laura Camelia Bruno
Título: La circulación de la palabra en las Asambleas.
Una experiencia en una Escuela Integral Interdisciplinaria (EII)
Palabras clave: Asambleas. Escuela Integral Interdisciplinaria. Maestrx Psicólogx. Circulación de la palabra. Construcción de subjetividad.
Introducción
El presente trabajo aborda la trayectoria de lxs alumnxs de Segundo Ciclo de la Escuela Integral Interdisciplinaria N° 6 en el espacio de las Asambleas. En consonancia con el Proyecto Escuela “Abrazos que Enseñan”: “La escuela es el lugar privilegiado para aprender y enseñar a vivir con la diversidad, para construir una sociedad abierta y respetuosa del pluralismo”. Es así como el proyecto de Asambleas se basa en la posibilidad de colaborar en la construcción de ese pluralismo.
Al hablar de diversidad no nos podemos quedar en un término puramente teórico, reproducido porque “está de moda”, trabajar para la diversidad es una construcción que implica no solo la reflexión de las personas que trabajamos en la elaboración de ese Proyecto, sino también una posición ideológica que se pone en juego en cada práctica cotidiana en la escuela. Es una escuela que recibe y aloja las diversidades subjetivas de lxs niñxs que concurren a ella, por tanto, requiere de un compromiso del Equipo Docente.
Desarrollo
Cada año se revisa el Proyecto Escuela, se observan los obstáculos que se encontraron y se preparan nuevas formas de trabajar en ellos. El centro está puesto en repensar la práctica para lograr que la escuela se vaya adecuando a cada unx de sus alumnxs, haciendo posible la construcción y ampliación de su subjetividad.
En el Equipo Interdisciplinario, pensamos y trabajamos proyectos que favorezcan esa construcción y ampliación de subjetividad, necesaria para la gestación de un sueño, la construcción de un futuro posible. En este sentido, la circulación de la palabra, la palabra con sentido, esa palabra que habilita otros enlaces simbólicos, hace que esa construcción se observe en lxs alumnxs.
Las acciones del Equipo no son aisladas: son compartidas, pensadas y consensuadas con el Equipo Directivo y lxs docentxs, para que ese PE no sea solo un papel escrito, sino la base y la guía para generar un estilo de convivencia donde toda la comunidad educativa se sienta parte de ella de manera constructiva.
Voy a realizar un recorte de las acciones del Equipo y de la temporalidad: trabajaré en relación con las Asambleas y tomaré mi incorporación a la EII N° 6 en 2015. Hay otros proyectos en la escuela en esta dirección, pero no creo pertinente hablar sobre ellos ya que no he participado en los mismos. Considero fundamental la circulación de la palabra como forma de establecer relaciones entre los seres humanos, estoy convencida de que la palabra con sentido humaniza, aleja al sujeto de las acciones violentas.
Las Asambleas se venían realizando en la escuela, coordinadas por la Dirección y, en los años sucesivos, pasaron por varios formatos y modos de coordinación. Me incorporo al espacio en 2015. En un principio las Maestras Psicólogas (somos dos en el TM) acompañamos el espacio con todxs lxs integrantes del segundo ciclo, donde primaba la búsqueda de la puesta en palabra de los conflictos e inquietudes planteados por lxs alumnxs, por lxs docentes, el Equipo Interdisciplinario o la Conducción.
Se lograba que se hicieran evidentes las posiciones de lxs integrantes de cada grupo, buscando romper con la lectura unívoca y rápida de los conflictos, en cuanto al sentido y a la dinámica grupal. Fue un tiempo de aprendizaje para docentes y maestras psicólogas de ubicación de los conflictos como parte de la dinámica grupal: todxs lxs pertenecientes a ese grupo son, en alguna medida, por acción u omisión, parte del mismo y, por tanto, uno de los objetivos fue trabajar la responsabilidad compartida. Correr el escenario de la constitución de soluciones víctima-victimario: cuando las relaciones son simétricas y grupales, permiten introducir la dinámica de “perteneciente a un grupo de alteridades”, donde se juegan diferentes grados de responsabilidad en una acción.
A partir de allí, se pensaron y consensuaron diferentes modalidades: fuimos buscando nuevas respuestas a cada obstáculo que íbamos encontrando. Por ejemplo, se pasó de desarrollarlas en la última hora a la primera, donde se encontraban los tres grupos de segundo ciclo a desayunar en el comedor. Se construyó un espacio compartido donde la palabra y el alimento circulaban. Más adelante, se fueron incorporando videos, dinámicas grupales o lecturas con el objetivo de que sirvieran como disparadoras de las problemáticas observadas.
Para el 2018 planteamos realizar una Asamblea para cada grupo de segundo ciclo, teniendo en cuenta las particularidades de cada uno y pensando, además, en fortalecer la cohesión grupal. Aquí aparece la dificultad en la carga horaria y, entonces, comparten la coordinación de los cuatro grupos una dupla Maestra Psicóloga-Maestra Psicopedagoga. Actualmente lo coordinamos las Maestras Psicólogas con el acompañamiento de las Maestras de grupo. Son cuatro grupos de segundo ciclo. Las Asambleas se desarrollan semanalmente en los grupos más antiguos y quincenalmente en los grupos más nuevos. Nos apoyamos en el modelo que plantea el Equipo de Maestra de Apoyo Psicológico (MAP), donde se busca la horizontalidad: todos los miembros son asambleístas y son sujetos de derecho de la palabra, de la opinión, de tomar notas, de participar. Si bien un adulto coordina, lxs maestrxs son parte del grupo. En cada Asamblea se escribe un acta con lo planteado en ella, los acuerdos arribados y es firmada por todxs. La palabra escrita fortalece el objetivo de que cada sujeto asuma su responsabilidad en cada escena trabajada.
Luego del recorrido planteado me surge la pregunta: ¿Qué es lo específico de nuestra función en las Asambleas? ¿Qué es lo que marca la diferencia en nuestra escucha particular?
En la Mesa de Psicólogxs de septiembre la licenciada Silvia López Pardo planteaba: “El objeto del psicólogo es ser un portador. Comienza a extraer. Es un punto de exterioridad para que el sujeto sea escuchado. Un individuo genera pregunta, que no es igual a preocupación. Si no hay pregunta, no hay espacio de trabajo. La pregunta espacializa. Y hay un saber que se construye. Es un saber en un corte en el que aparece un sentido nuevo. Es un pase de un lugar a otro, un puente con un otro discurso suplementario. La función del psicólogo es poner un palo en la rueda, difracta, interrumpe. Es un objeto opaco, que trata de obstaculizar.”
Ante algún conflicto planteado, la forma de resolución que surge espontáneamente en lxs alumnxs es la agresión física o el insulto. El conflicto puede comenzar por la agresión de un ninx a otrx. Mucha de las veces es denigrando por el color de piel, por el grado de inteligencia, por alguna característica física, por la procedencia. Y entonces surge una nueva pregunta: ¿Qué es lo que hace que sujetos vulnerados y maltratados por sus familias y entorno social agredan de igual manera a otrx? ¿Sólo es una descarga de tensión o hay goce en dicha acción?
Aquí surge la primera cuestión que lleva a pensar el caso a caso, el proceso de construcción subjetiva de cada unx y el impacto de la realidad en cada sujeto. El cómo lo intrasubjetivo se juega en lo intersubjetivo y en lo grupal. Apoyándome en la Psicología de las Masas y en las teorías de Pichón Riviere, el sujeto no actúa de la misma manera en una relación con otrx, que en lo grupal. La masa conforma un nuevo Inconciente, que no es lo mismo que la suma de los inconcientes de los sujetxs que la componen. Pero, además, cada unx toma un personaje en la dinámica grupal, que generalmente en ese grupo es repetitivo, pero a veces muta entre lxs diferentes actores.
No alcanza con la premisa freudiana de que el niñx realiza activamente lo que sufre pasivamente. Es necesario sumar lo teorizado en relación con la percepción del otrx como un semejante, tal como plantea Silvia Bleichmar: "así como la escuela no se puede reducir a alimentar a los niños, tampoco se puede reducir a la transmisión de conocimientos. La escuela tiene que partir de la idea de que cada ser humano que tiene ahí es un sujeto" ... sujeto que sufre, me atrevo a completar.
La posibilidad de que ese sujeto ponga en palabras algo de ese sufrimiento, hace que cada vez busque menos la acción, experimente nuevas formas de solución del conflicto, siendo en el grupo donde se juega esa nueva construcción. Para ayudar a esa construcción, probamos poner de manifiesto los conflictos a través de dinámicas grupales o juegos, pero no siempre fueron adecuados: a veces esa dinámica se lleva los casi 45 minutos del encuentro, no dando lugar a la palabra; en otras ocasiones, porque se va hacia la búsqueda de lo que ya se sabe que se encontrará, contrario a mi posición teórica como psicoanalista: lo más rico surge de aquello que no se espera encontrar. Pero, fundamentalmente, porque estxs alumnxs necesitan mucho tiempo para confiar en su palabra, en su palabra como válida, respetada, escuchada y resignificada.
Un ejemplo. Una niña que plantea su hartazgo por ser la única niña del grupo (ocho en total) y las “cargadas” de sus compañeros tratándola de “mandona”. Tardó mucho tiempo en contar lo que le pasaba, le daba “vergüenza”. Podríamos habernos quedado en la sanción de esa situación, en preguntarle cómo se siente con esto, pero fuimos más allá. Después de ir consultando con ella la razón por la que creía que la llamaban de esa manera y con cada uno de los integrantes varones de dónde surgía, descubrimos que realmente tomaba ese papel frente al resto, a veces amparada en sus formas suaves, hacia el adultx. Nos llevó más de una asamblea trabajar sobre esto y que cada integrante pudiera expresar su punto de vista. Pero la complejidad surge en que, además, no todos estaban de acuerdo con cargarla, pero no hacerlo los ponía en riesgo de “quedar por fuera” del grupo de varones.
Entender que en los grupos no hay una escena víctima-victimario sino que es más complejo, se arman redes de fidelidades, compromisos y lealtades que configuran un entramado, de tal manera que la lectura del mismo no puede ser unidireccional, debe ser leída en todas las aristas posibles. Poner en palabra cada una de esas aristas ayuda a rearmar el modo de relación entre pares. Son todxs responsables de esa escena que se arma, por acción, por omisión, siendo protagonistas o no, porque estando en grupo la subjetividad se juega de maneras diversas.
A modo de conclusión
Luego de esta experiencia, considero que la forma en que las Asambleas cobran su función específica dentro de las EII es ejercitando la palabra, coordinadas por un adultx preparadx para traducir simbólicamente lo que ese niñx expresa. Traducción que debe ser lo más despojada posible de la moral personal, pero sin dejar de lado la premisa de la construcción de valores, la identificación del otrx como semejante. Además, deben desarrollarse, en un clima de tranquilidad, confianza mutua, intimidad y comprometidxs a sostener la confidencialidad. Así como en el aprendizaje es indispensable, el trabajo del maestrx como mediador activo, en las Asambleas el Mestrx Psicólogx es ese mediador, ese traductor, siempre abierto a sorprenderse y sin miedo a no saber.
Referencias bibliográficas
Bleichmar, S. (2008). Violencia social - violencia escolar. Buenos Aires, Noveduc libros.
Bleichmar, Silvia (1984). En los orígenes del sujeto psíquico. Buenos Aires, Amorrortu editores.
Escuela Integral Interdisciplinaria N° 6 (2018). Proyecto Escuela: “Abrazos que enseñan”. Buenos Aires.
Freud S. (1900). “La interpretación de los sueños”. Cap. VII. Obras Completas. T. V. Amorrortu Editores.
Pichon Rivière, E. (1981). El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (I). Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión.
Nota
Maestra. Psicóloga.