30 años de lecturas y registros
XXIII Congreso Pedagógico 2018
Educación, Democracia y Resistencia
Luchas y soberanías pedagógicas
Declarado de interés educativo por la Legislatura porteña
Declaración Nº 616-2018/expediente 2909 D-2018
Este Congreso pedagógico nos reúne en un momento de vital importancia para el futuro de nuestras democracias y de nuestras escuelas públicas. En Latinoamérica nos encontramos atravesando un momento profundamente regresivo para nuestras sociedades. El ciclo económico que se desarrolló junto con los gobiernos democráticos y populares del continente entró en crisis de la mano de gobiernos que vuelven a comprender a la sociedad en términos mercantiles, favoreciendo a los sectores financieros y a los más ricos de cada país.
En un contexto caracterizado por el ajuste económico y fuertes presiones privatizadoras, nuestra escuela pública es una vez más blanco de ataques. Los sistemas públicos sufren políticas de desfinanciación y descrédito. Los gobiernos neocoloniales ven en los sujetos del sistema educativo un poderoso obstáculo para avanzar en el disciplinamiento social, en el debilitamiento de los lazos de solidaridad y espíritu comunitario.
Desde el 2009, con el golpe de estado en Honduras, Paraguay en el 2012 y Brasil con el golpe institucional de 2016 (legitimado con la complicidad del sistema judicial), la derecha inició un período de hostigamiento y erosión de los gobiernos que se habían constituido como alternativa a las políticas neoliberales. El documento suscripto por las diferentes organizaciones sindicales del continente reunidas en la Internacional de Educación de América Latina (IEAL) denuncia diversas estrategias entre las cuales destacamos las siguientes:
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calumnia y persecución contra liderazgos políticos que representan el modelo democrático progresista a través de los medios de comunicación masivos y redes sociales;
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generación de escenarios de conflictividad permanente promoviendo acciones callejeras de corte desestabilizador;
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persecución sistemática de las dirigencias sindicales y el accionar colectivo de las y los trabajadores y sus organizaciones con el objetivo de debilitar su capacidad de lucha y resistencia;
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intento de redefinir desde una óptica mercantilizante el rol social de la Educación Pública, acentuando la contradicción entre la Educación como una mercancía o como un derecho social;
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aplicación de procesos de evaluación por resultado con enfoque punitivo, la medición del éxito educativo desde un parámetro economicista, las reformas curriculares que apuntan a garantizar en los diferentes niveles la formación subordinada a la lógica del “emprendedurismo” empresarial y a la flexibilización laboral.
Sostenemos que donde hay un/a maestro/a, hay resistencia, porque la escuela es una institución social que no renuncia a proclamar que todxs merecen un futuro con más derechos y un presente con igualdad y justicia social. Es por ello que en este contexto de democracias en las que se pretende reducir el ejercicio de los derechos, la escuela alza su voz para denunciar que los gobiernos legítimamente elegidos por el voto deben escuchar a sus pueblos, que el conocimiento debe ser igualmente distribuido entre todxs nuestrxs niñxs y jóvenes, que las pluralidades deben ser respetadas, que la democracia exige políticas económicas, sociales y culturales que efectivamente beneficien a las mayorías.
En el mismo sentido, retomamos las palabras de Hugo Yasky, Presidente del Comité Regional de la Internacional de la Educación: "Cuando decimos que el movimiento pedagógico tiene que poner en el centro la defensa de la democracia, tenemos que entender qué es eso. [...] hablamos de sociedades sin censura, sin represión, sin encarcelamiento de activistas sociales, sindicales, políticos, sin persecución, sin caza de brujas, sin asesinatos selectivos por parte de fuerzas paramilitares o parapoliciales" (discurso de cierre del IV Encuentro Pedagógico Latinoamericano de Belo Horizonte 2017).
La educación pública se encuentra en lucha y nosotres queremos fortalecer este proceso desde la construcción de un pensamiento pedagógico lo suficientemente potente como para hacer frente a esta nueva avanzada neoliberal. Estamos confiadas/confiados en nuestras raíces y tradiciones, nos apoyamos en nuestres educadores populares, en el pensamiento latinoamericano que ha pujado, una y otra vez, por preguntarse por nuestras identidades, nuestros intereses, nuestras pedagogías.
Como educadorxs latinoamericanxs militamos en la profunda confianza en las capacidades de aprender y de enseñar que alberga nuestro continente, hacemos una opción ética a favor de los y las más humildes con la convicción de que podemos protagonizar procesos políticos que recuperen y amplíen los derechos tantas veces postergados. Como educadores de la Ciudad de Buenos Aires sabemos por demás de las consecuencias que las políticas neoliberales generan en la sociedad y en la escuela.
Es por ello que nuestro congreso se vuelve especialmente valioso y necesario como espacio de reflexión, intercambio y resistencia. Se busca “fortalecer las identidades locales en cada país, recuperar la educación como derecho social, laica, administrada y financiada por el Estado y promover la movilización social orientada a defender la vigencia de la educación pública y frenar la privatización y el comercio educativo” (IEAL, 2017).
Este congreso nos invita a compartir registros pedagógicos que comuniquen nuestros múltiples modos de resistir en la escuela y de crear formas más plurales y democráticas. La resistencia puede adquirir diversas formas: resistencia a los modos individualistas de entender el mundo, resistencia al egoísmo, la violencia y la intolerancia, resistencia a la inercia institucional, resistencia a modalidades pedagógicas deshumanizantes y disciplinadoras, resistencia a la patologización de nuestras infancias y juventudes, resistencia a los modos de poder arbitrario y autoritario, resistencia a la limitación y al cercenamiento de derechos, entre otras.
Estos modos de resistencia emergieron en varias luchas en nuestra ciudad y lxs trabajadorxs de la educación tenemos diversos registros de estas batallas culturales. El XXIII Congreso propone recuperar registros pedagógicos en torno a las luchas por la despenalización del aborto y el cumplimiento de la ley de Educación Sexual Integral. Convoca a sistematizar los debates necesarios para el futuro de la educación en la CABA, especialmente frente a los proyectos de la escuela “secundaria del futuro” y de la Unicaba, que con sus fuertes contenidos neoliberales y mercantilistas atentan contra nuestros patrimonios educativos, transmisiones culturales y los derechos de todes.
En la relectura de las ponencias presentadas en los últimos congresos encontramos muchos ejemplos de los diversos modos de resistir y reexistir desde el trabajo docente.
Pensamos la resistencia como construcción de experiencias pedagógicas comunitarias, constituidas en la participación, que impulsan modos de aprender igualitarios en las ciencias sociales, en la literatura, en las ciencias naturales y exactas, en las artes… Resistimos cuando enseñamos con diversas perspectivas nuestra historia y la historia latinoamericana, cuando damos lugar a la voz de les estudiantes y promovemos formas de aprender más protagónicas. Resistimos creando nuevas formas de enseñar desde nuestras tradiciones, herencias y legados. Resistimos cuando comunicamos estas experiencias pedagógicas consolidando colectivos de trabajo docente y de comunidades de enseñanza.
La resistencia, también, es anuncio de otros mundos, de otras pedagogías. De nuestras Pedagogías del Sur. Las resistencias entonces, se convierten en reexistencias. Desde el sur creamos una gramática de derechos que es también gramática de los deseos. Derechos de conocimientos y deseos de reconocimientos. Las escuelas están siendo comunidades de derechos y deseos. El derecho a conocer es el derecho a conocer nuestros derechos y el deseo a conocer y reconocer nuestros anhelos (Wainsztok, 2017).
Tal como venimos realizando hace más de veinte años en los congresos pedagógicos de UTE lxs volvemos a invitar a tomar la palabra sabiendo que cada ponencia puede enredarse con otras, puede entramarse en un discurso de autenticidad compartida, buscando y buceando en nuestras soberanías pedagógicas. Para levantar el lápiz, para escribir una vez más historias desacatadas, narraciones profanas, experiencias subalternas y plebeyas que nos permitan ser protagonistas de luchas intensas que construyen legalidades.
Nuestro congreso es, en este sentido, una oportunidad para vincular nuestras experiencias pedagógicas con las luchas de nuestros pueblos; para aprender y hacer colectiva la articulación entre estas luchas y los movimientos feministas que amplían y hacen más intensa e integral nuestra democracia; para poner en palabras lo que el neoliberalismo silencia, oculta, prohíbe, ataca y que cada proyecto educativo obstinadamente, sigue enseñando: un patria grande, nuestra historia, los derechos, los sueños y resistencias de nuestras comunidades, el futuro, nuestro pasado, nuestras dignidades.
Lxs invitamos a releer las voces de cras y cros participantes del XXII Congreso Pedagógico 2017 y de años anteriores en este sitio web. Lxs invitamos a debatir por niveles, modalidades y entre niveles y modalidades; los invitamos a resistir escribiendo. Mientras escribimos, estamos resistiendo y reexistiendo.
Compartimos el programa Nº 18 de Certezas de a Pie (radio Hacha y Tiza) donde les compañeres Juan López y Natalia Militi entrevistaron a Daniel López y Carola Noriega del colectivo del Congreso Pedagógico para que cuenten de qué se trata el Congreso (recomendamos escuchar el programa completo, pero la entrevista es del minuto 16:45 al minuto 32). Felicitaciones a todes les compañeres de Certezas de a pie.
XXII Congreso Pedagógico 2017
Soberanía Pedagógica
Memorias, identidades, territorios y comunidades
Nos convocamos para una relectura de nuestros textos y producciones audiovisuales realizados en el marco de los Congresos Pedagógicos de UTE. Estas ponencias expresan la complejidad de las luchas de lxs trabajadorxs de la educación en Latinoamérica. Esta relectura es una invitación del XXII Congreso para participar en discusiones colectivas y producciones grupales e individuales durante el año 2017.
Abrimos un espacio de expresión y comunicación de lxs trabajadorxs de la educación de la CABA para compartir diversas ponencias, tanto escritas como audiovisuales, de compañerxs que han participado en los últimos Congresos Pedagógicos. Ponemos a disposición de toda la docencia algunas de las valiosas producciones que lxs integrantes de este colectivo han realizado. Los trabajos son el resultado de un proceso de formación compartido y desplegado en instancias de intercambio y reflexión propias de los congresos. Las ponencias son construcción de conocimiento pedagógico y de posicionamiento público en discusiones pedagógicas en las que nuestros argumentos, experiencias y pensamientos conforman activamente colectivos de compromiso con la educación pública y los derechos de nuestros estudiantes.
En este camino el XXII Congreso Pedagógico aborda, problematiza, se interroga sobre la construcción de la soberanía pedagógica en tanto en ella se articulan las identidades, las comunidades, los territorios y las memorias.
Definimos la soberanía como una capacidad de ejercer el poder en cierto territorio; desde la dimensión cultural supone ejercer el poder de decisión y el despliegue de un pensamiento capaz de plantear los problemas en clave identitaria y resolverlos conforme a los propios y genuinos intereses.
La soberanía pedagógica hace referencia a saberes, prácticas, valores, actitudes que actúan sobre un territorio en el que construimos colectivamente autoridad: ¿cuál es ese territorio y quiénes son los sujetos soberanos en la educación? ¿Pueden ser considerados territorios la escuela, la enseñanza, la transmisión de las herencias? ¿Quiénes somos en este caso lxs soberanxs? ¿Lxs trabajadorxs de la educación, lxs estudiantes, los movimientos culturales y políticos de los que formamos parte? ¿Las comunidades?
Las palabras e ideas que luchamos por conquistar son aquellas que surgen de la praxis, de la escritura de nuestros registros, de nuestra práctica cotidiana, de nuestros modos concretos de abordar los problemas, las luchas, la enseñanza. Son aquellas que hacen visible lo que lxs autorxs, en el día a día, anónimamente, construyeron. Comunicar esos registros es un acto de poder, de enunciación y por tanto una visibilización de las prácticas que constituyen pedagogías soberanas.
Por lo tanto la soberanía pedagógica es construcción de autoridad en el territorio pedagógico, la autoridad supone autorías y la soberanía pedagógica exige nuestro reconocimiento de autorías.
Ejercemos la soberanía pedagógica en nuestro trabajo cuando comunicamos nuestras luchas para garantizar los derechos educativos del pueblo. Nuestras acciones entonces pueden circular, pueden conversarse, convertirse en una pedagogía que tiene la expectativa de compartir, de hacer saber, de visibilizar los problemas que afectan y vulneran los derechos educativos y culturales, para que la ciudadanía pueda sumarse al debate. La soberanía pedagógica se expresa en la Escuela Pública Itinerante que recorre nuestros territorios, haciendo circular ideas y debates, instalando inquietudes necesarias, abriendo las puertas del conocimiento socialmente relevante a las comunidades, para que sean todas ellas las que tomen las decisiones, de manera autónoma y conforme a los intereses del conjunto.
La soberanía pedagógica habla de derechos y deseos. Los de nombrar e intervenir en la realidad, de producir formas pedagógicas más justas, más humanizantes. La pedagogía hegemónica tiene una historia de control y un afán de dar forma. Las pedagogías emancipatorias están siendo. Se fueron iniciando en las luchas de los pueblos latinoamericanos, continuando en las luchas cotidianas de lxs trabajadorxs de la educación, en su esfuerzo por sostener y construir la escuela pública enfrentando los embates económicos, políticos y culturales de los que la desprestigian, amenazándola.
Entendemos que la soberanía pedagógica es clave para la soberanía educativa de los Estados. Para que cada Estado pueda decidir sobre sus políticas en clave de los intereses culturales de su pueblo, necesita de la tradición, de la experiencia y de los relatos pedagógicos generados por lxs propixs trabajadorxs de la educación. Necesita de la historia de sus comunidades que trasmiten sus conocimientos y saberes. Requiere de manera particular de la experiencia de lxs olvidadxs, de lxs pequeñxs.
La soberanía pedagógica construye soberanía educativa desde las memorias, desde las huellas que los movimientos pedagógicos populares de nuestros país y nuestro continente nos han legado para que no empecemos de cero cada vez, para que retomemos preocupaciones, temas y modos de ver que han consolidado prácticas y saberes que necesitamos recuperar y reacumular. La pedagogía soberana se hace cargo de la enseñanza llevada adelante en espacios educativos dañados por la desmemoria y la injusticia sobre los que trabaja y construye otros sentidos. Para ellxs y para los sujetos que los habitan, se reivindica el derecho y el deseo al conocimiento, derecho entendido, también, como derecho a conocer nuestros derechos, derecho a su distribución igualitaria y justa, a la posibilidad de ser parte de una experiencia común, plural, contenedora y democrática.
Soberanía pedagógica es, al mismo tiempo, libros y ternuras. No hay distribución de saberes sin vínculos de amorosidad pedagógica. La soberanía pedagógica es logos y eros pedagógico. ¿Se puede enseñar sin escuchar al otro? ¿Se puede aprender sin mirar al otro? ¿Qué producen en nosotrxs las experiencias pedagógicas?
Estamos convencidos de que no hay plan maestro sin maestrxs, no hay pedagogía por los derechos sin la palabra que surge de las experiencias llevadas adelantes por quienes se comprometen con ellos todos los días. No hay conocimiento con capacidad de transformar sino surge de la praxis y de la reflexión transformadora y colectiva. Nuestra pedagogía forja sujetos en devenir, afianzándose desde sus raíces democráticas y populares. Se hace cargo del presente porque quiere a su pueblo, a sus niñxs y jóvenes, con sus dolores y luchas. Promueve que el futuro exista, ante los riesgos de la aniquilación simbólica y física de los mundos, en este caso, escolares y educativos.
Los invitamos a sumarse a esta tarea de “tejer palabras y hacer mundos”, tejer mundos y hacer palabras. Ante las tentaciones del desaliento, las pedagogías light o claramente opresivas, este blog enhebra palabras y experiencias de maestrxs y profesorxs para que sean retomadas en las ponencias de este próximo congreso. Ante las políticas de separación persistimos en entramar nuestro pensamiento y en que conozcamos nuestros esfuerzos. Ante las intenciones de invisibilizar nuestro trabajo, lo hacemos aquí presente, en palabra y en imagen.
La tarea entonces es leer a lxs compañerxs. Invitamos a cada docente participante del Congreso a que cuente con la reflexión iniciada por los textos que aquí encontrará. Muchos de ellos, seguramente, contribuirán a enriquecer las discusiones que su ponencia quiere plantear. Al retomar la palabra escrita por otrxs ponentes construimos una comunidad que se afianza y se potencia mutuamente. Es un acto de confianza en nuestras propias fuerzas, es un acto político que proclama el lugar de productores de conocimiento que tenemos y queremos defender. La defensa de la escuela pública necesita de nuestros posicionamientos y este blog quiere ayudar a fortalecerlos. Están todos invitados a participar.