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XXIII Congreso Pedagógico 2018
EDUCACIÓN, DEMOCRACIA Y RESISTENCIA
LUCHAS Y SOBERANÍAS PEDAGÓGICAS
Ponentes: Gabriela Ulloa
Título: Asambleas pedagógicas
Palabras clave: primaria y terciaria. Asamblea pedagógica. Participación como derecho. Circulación de la palabra.
Presentación
La primera vez que escuché hablar de asamblea pedagógica fue con los compañeres de UTE en un Curso de Capacitación que se llamaba “Aprender con chicos, chicas y jóvenes” en él experimentamos entre compañeres la metodología de asamblea pedagógica y la manera de llevarlo a la escuela. Luego, Daniel López se acercó al taller y nos contó sobre la importancia de la participación para una sociedad democrática, nos habló de la participación como derecho y de la importancia de tomar decisiones y tomar la palabra cuando se trata de educar… no había duda, era un camino para educar en y para la resistencia.
Fundamentos pedagógicos
Freire confiaba en que las prácticas democráticas y la liberación de los sujetos se realiza a través de la “participación”, el “diálogo” y la “toma de la palabra”.
La participación crítica como forma de sabiduría de los grupos populares que van expandiéndose en diferentes espacios sociales. Posibilidad de “decir la palabra”, de construir conocimiento crítico colectivo y generar propuestas de transformación de la realidad social y natural.
El diálogo entendido como fenómeno humano que nos revela la palabra. Diálogo como encuentro de los hombres, mediatizados por el mundo, para pronunciarlo. Es un acto creador. Freire decía que no hay diálogo si no hay un profundo amor al mundo y a los hombres. Por último, afirmó que el diálogo es el encuentro de los hombres para ser más.
La toma de la palabra, la posibilidad de dar su voz. Cuando el hombre toma la palabra se constituye como hombre, se humaniza. Al decir la palabra toma conciencia de su existencia y de su lugar en el mundo. El objetivo de la pedagogía liberadora es que los sujetos tomen la palabra, expresen su voz y tomen conciencia material de su existencia.
Sobre la participación es interesante la distinción de María Teresa Sirvent. Dice que existen dos formas de participación social: la real y la simbólica. La forma real de participación tiene lugar cuando los miembros de una institución o grupo influyen efectivamente sobre todos los procesos de la vida institucional y sobre la naturaleza de las decisiones. Esto significa ejercer el poder real en el proceso de toma de decisiones. Contrariamente, la participación simbólica se refiere a acciones que ejercen poca o ninguna influencia sobre las decisiones y genera en los individuos y grupos la ilusión de un poder inexistente, es el “como si” de la participación.
Jorge Larrosa cuestiona el saber de la experiencia y la transmisión de conocimientos en la escuela. Dice que la experiencia es una vivencia contextualizada, particular, subjetiva que establece sentimientos de duda, inquietud y compromiso en los sujetos. La explica como“lo que nos pasa o lo que nos acontece o lo que nos llega. No lo que pasa, o lo que acontece, o lo que llega, sino lo que nos pasa, o nos acontece, o nos llega. Cada día pasan muchas cosas pero, al mismo tiempo, casi nada nos pasa”. Es necesario diferenciar la experiencia de la práctica. Esto significa pensar la experiencia, la posibilidad de que “algo pase” no desde la acción sino desde la pasión en el aula.
En relación con el vínculo/diálogo del docente con los estudiantes, este trabajo retoma la idea de Freire sobre la autoridad coherentemente democrática. Esta forma de autoridad “(…) está convencida de que la verdadera disciplina no existe en la inercia, en el silencio de los silenciados, sino en el alboroto de los inquietos, en la duda que instigan, en la esperanza que despierta…”. El objetivo de ésta forma de autoridad es la responsabilidad y la libertad de los estudiantes.
En consonancia con estas ideas de horizontalidad pedagógica, el pedagogo y filósofo francés Jacques Rancière en su obra traducida como El maestro ignorante cuenta la experiencia de Jacotot, un profesor que enseña sin conocer la lengua de sus estudiantes. Según Jacotot, es posible enseñar lo que uno ignora si uno es capaz de impulsar al alumno a utilizar su propia inteligencia. Supone un proceso educativo donde no sólo se persigue la igualdad, sino que se parte de ella, estableciendo
Lazos horizontales entre docentes y estudiantes.
¿Qué es una asamblea pedagógica?
Una asamblea pedagógica es una reunión entre personas que tienen algo en común para conversar, compartir y debatir.
Una asamblea no es lo mismo que un debate, en la asamblea se puede hacer un comentario, una experiencia, una sensación, un argumento. La idea es compartir un conocimiento, escucharnos y poder construir un conocimiento colectivo.
¿Cómo funciona?
Se elige un coordinador (esto es muy importante el docente no coordina la asamblea) y un apuntador que tome lista de los oradores que quieren hablar. Las personas que quieren decir algo deben pedir la palabra levantando la mano y cuando terminan de usarla (a la palabra) deben decir “listo”. Luego del listo el coordinador le brinda la palabra al que sigue en la lista. Se debe escuchar y no interrumpir a quien está hablando. Es fundamental que se respete la mano y los tiempos de la palabra del otro en este tipo de metodología.
¿Para qué sirve?
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Debatir y opinar sobre un tema. La metodología de la mano sirve para que cada persona que quiera hablar pueda hacerlo y no hable únicamente “el que habla fuerte” o está más cerca del profesor.
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Conocer cómo está el grupo entre sí.
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Resolver un problema.
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Saber cómo están los estudiantes en relación con la escuela. (cómo va la escuela, cómo les está yendo?; qué tal el estudio?); acá es interesante lo que se puede generar a partir del diálogo, entre ellos. “cómo no les va a ir así si cuando explica el profesor se ponen a hablar”; “che, entreguen los trabajos, pone nota”, etc. Si bien el docente es parte de la asamblea, es importante aprender a retirarse de las interacciones para fomentar la crítica entre pares.
Objetivos de este tipo de metodología
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Que todos participen
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Que la palabra circule
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Valorar el conflicto,
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Comprender e interpretar el silencio en el aula.
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Que tomen la palabra para expresarse, opinar y decir lo que piensan.
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Que puedan trabajar sobre temas de interés y preocupación del estudiantado. (a veces nosotros (los docentes) imponemos los temas que creemos, sin preguntar que le van a interesar)
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Que tengan una experiencia pedagógica de diálogo en donde se sientan parte de un colectivo de conocimiento.
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Que los estudiantes se escuchen entre sí
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Que se puedan pensar lo temas desde distintas perspectivas y puntos de vista.
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Enseñar a hacer asambleas. Actividades
La asamblea es una forma de trabajo que debe enseñarse y su aprendizaje requiere de un encuadre que habilite determinadas formas de funcionamiento.
Por otro lado es una forma de trabajo que interpela a los modos tradicionales de enseñanza y es por este motivo que requiere por parte de los estudiantes y docentes desaprender modos autoritarios de trabajo.
La asamblea pedagógica es un aprendizaje que requiere de un encuadre que habilite que algunas cosas pasen. El “estar cómodo” y que los estudiantes puedan hablar con libertad y respeto son condiciones sin las cuales no se puede llevar adelante este proyecto. En ese sentido existe un reglamento asambleario que plantea que “Se debe respetar la palabra de todos No me puedo reír, ni cargar, ni interrumpir a un compañero que está realizando una intervención”
Algunas actividades
Actividades de escucha
Ejercicios en donde hay que intervenir sobre algo que haya planteado el compañero. Ejercicios de los cartones.
Actividades para fomentar la participación
La pelota puede funcionar como dinamizador de las puestas grupales.
a. Opinar sobre “temas fáciles”.
El clima, el partido de ayer, la mancha de la pared, el pizarrón de la derecha, etc. (cartones)
b. Actividad de las máscaras. El objetivo es opinar sin que te vean inclusive sin que sepan quien sos sobre: el aborto legal, el amor, la mujer que fue madre a los 54 años,
c. Opinar en parejas y pequeños grupos para luego hacer asamblea.
Actividades para enseñar el funcionamiento asambleario
Consisten en interrumpir cada vez que no se cumpla con la mano o con la mecánica asamblearia en forma enfática, para establecer la normativa de trabajo.
Ejercicios para elegir y votar
Interrumpir o hacer mociones para tomar decisiones que involucren a todos on distintos niveles de importancia. Lo importante es decidir entre todos. La principal dificultad está en cumplir con la votación.
Ejercicios para registrar los intercambios
Se designan voluntarios en cada asamblea para completar los registros, se les solicita: los temas que se tratan, quienes estaban presentes y que se votó.
“estaban presentes 19 estudiantes: fulanito, menganito….
Se propuso hablar de tal tema, se voto y salió afirmativo con tantos a favor….
Al terminar se concluyó y votó tal cosa.
Luego se solicita que firmen de integrantes.
Recursos pedagógicos
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Máscaras
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Cartones raros
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Cartones discutibles
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Pelota
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Cuaderno asambleario
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Diario colectivo (con recortes para discutir)
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Fichas individuales
Cuaderno individual: consignas individuales para pegar… esto tiene que ver con enseñar a hacer una asamblea.
Ficha 1: Sobre qué temas te gustaría hablar…
Qué temas te preocupan…
Ficha 2: Qué es una opinión. Que es un argumento. Que es un dilema.
Ficha 3: Escribe tu opinión sobre este artículo.
Condicionamientos e intervenciones
Existen condicionamientos internos y externos que condicionan la verdadera participación. Algunos de esos condicionantes pueden ser: una concepción negativa de la política y la participación, una concepción de la enseñanza vertical y no estar acostumbrados a acordar con los docentes, idea del conocimiento ligada a la aprobación de la materia, condicionamientos institucionales, individualismo, dificultades grupales, entre otros…
Dificultades y posibles resoluciones…
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Si siempre hablan los mismos se pueden moderar las intervenciones con tiempo o marcando un máximo de intervenciones por persona.
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“Profe, no me gusta hablar enfrente de todos”. Existen niveles de participación. El trabajo en pequeños grupos puede servir para no exponer a les estudiantes que no quieren participar.
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Si nadie quiere hablar se puede fomentar la participación con algún objeto que “obligue” a hablar. Las pelotas son geniales en ese sentido e imprimen un ambiente lúdico y distendido al encuentro. También se puede presentar un caso o un video o hacer una pregunta concreta y que haya que responder en orden. Aunque parezca contradictorio algunos grupos disfrutan de las propuestas directivas, les da seguridad.
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“Profe, decida usted, usted es la profesora”. Votar para decidir.
Algunas hipótesis de trabajo
La primera idea que me gustaría compartir con les compañeres es que la mejor herramienta para fomentar la participación es presentar un ambiente cuidado libre de faltas de respeto y con posibilidad de escucha. Los estudiantes mencionan “estar cómodes” “espacio, lugar para hablar, decir, estar entre nosotres” “en donde me bancaron” “espacio para pasarla bien y con respeto”. Respetar los “tiempos de la mano” es valorado por la mayoría de les estudiantes.
Por otro lado me gustaría mencionar el dilema entre la intervención docente y la autonomía asamblearia. Cuanta más intervención menos autonomía y viceversa. El equilibrio lo da el grupo y hay quienes demandan más intervención pero también quienes demandan más autonomía. Es cuestión de tratar de ir encontrando la forma de funcionamiento a la que está más gente de acuerdo. Es decir, Las asambleas se podrían clasificar en relación a la autonomía de los estudiantes. En ese sentido con mayor o menor intervención del docente.
Una tercera hipótesis de trabajo es que la cuestión no se divide entre participar y no participar. Existen grados de participación. Es decir, existen diferencias entre quién quiere pedir la palabra todo el tiempo y quién escribe solo por escrito su opinión y pide que la lea otra persona. Pero ambos se están expresando. Es importante interpretar las distintas formas de manifestar y participar en la conformación de la grupalidad. No todos se sienten cómodes pidiendo la palabra. Pero si esa palabra se solicita en pequeños grupos o por escrito es muy posible que se sientan interesados en la actividad. El objetivo es no forzar ni avergonzar a nadie. Tiene que ser un momento agradable de intercambio colectivo de ideas, de diálogo, de conversación.