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XXIV Congreso Pedagógico 2019 

EDUCACIÓN PÚBLICA EN LUCHA
LECTURAS Y REGISTROS PARA LA CONVIVENCIA CIUDADANA

Ponente: Romina Laura Lapenta[1]

Título: ESI: Reflexionando sobre el cambio de paradigma

 

Palabras clave: ESI. Revisitar prácticas. Mitos. Escuela amable. Retroalimentación.

 

Introducción

Cuando uno escribe siempre es importante comenzar por el principio. En este caso, si voy a hacer mención de la ESI en una sala de bebés, tendría que explicar por qué la denomino de esa manera y no como “sala de lactario”. En el marco de un trabajo colaborativo junto al derecho de todos los docentes a recibir capacitaciones en servicio, se llevó a cabo en la Institución en la cual trabajo un debate acerca de cómo identificar las salas de un Jardín Maternal. Cabe destacar la heterogeneidad de todo grupo de niños-as en cuanto a sus características psicosociales y con respecto a su etapa evolutiva independientemente del grupo etario en el que estén insertos. La flexibilidad en las prácticas es en el siglo XXI un valor, un derecho y casi una obligación del maestro si pretendemos andamiar a los niños y brindarles ambientes de aprendizaje que los ayuden a desarrollar su zona de desarrollo próximo con autonomía.

Es por todo lo dicho que se reflexionó acerca del nombre de las salas “lactarios y deambuladores”. ¿Acaso todos los niños que se encuentran en esa sala toman pecho? Debido a la situación actual muchas madres congelan leche materna llevándola a los jardines para ser luego calentada a baño maría. Otros, toman leche de fórmula en mamadera porque sus madres no pueden alimentarlos debido al estrés o falta de tiempo, rasgos característicos de la sociedad actual.

Lo mismo ocurre en la sala de “deambuladores”. En la mayoría de los casos, al comenzar el ciclo lectivo, muchos niños ingresan sin poder sostener la marcha ya que, durante esas edades, es muy notoria la heterogeneidad en su etapa evolutiva. Entonces, ¿por qué denominarlos deambuladores?

Todo el tiempo se busca homogeneizar a los grupos. Por ejemplo, hay docentes que expresan que su grupo de sala de 3 años es fantástico porque cada vez que plantea una actividad, los niños se disponen en ronda y escuchan lo que el adulto propone. Me pregunto que pasaría si a un niño no le llamara la atención la palabra que se está intercambiando y se alejara del grupo realizando una actividad de forma paralela al resto. ¿La docente le llamaría la atención? ¿Lo dejaría “ser”? ¿El adulto logra aceptar las diferencias dentro del grupo de niños que tiene a su cargo?

Creo que estas preguntas pueden servir para realizar una introspección docente: si no acepto las diferencias entre los niños, ¿cómo puedo trabajar contenidos de ESI o respetar a pares que piensan diferente a mí?

 

¿La heterogeneidad en las salas como un desafío docente a abordar?

Retomando lo descrito en la introducción y haciendo hincapié en las connotaciones para mí erróneas de la palabra homogeneizar como “ordenar”, “clasificar” y “simplificar” la tarea áulica, voy a dar un ejemplo claro que llamó mi atención a partir de un asesoramiento realizado en dicha sala desde mi rol de maestra secretaria en la Institución.

Los docentes tenían pensado trabajar una secuencia cuyo eje transversal sería la ESI. Prepararon cubos grandes de cartón con fotografías blanco y negro de familias con bebés, en este caso (madres embarazadas, madre y padre abrazando a un niño, mujeres besando a sus hijos). Los bebés observaron las imágenes, los más grandes apilaban, escondían, arrojaban los cubos con entusiasmo. La propuesta me pareció interesante. Desde mi rol de maestra secretaria y para asesorar a los docentes, utilicé la Escalera de Wilson preponderando lo que valoraba de la actividad para luego hacer algunas sugerencias y aportar líneas de acción. Propuse al grupo de docentes enriquecer la actividad cambiando ciertas fotografías teniendo en cuenta los modelos de familia del siglo XXI, familias homosexuales, monoparentales, familias ensambladas, etc.

Una docente expresó su disconformidad hacia lo antes dicho manifestando que le parecía “demasiado” involucrar esas imágenes en los cubos ya que si bien aceptaba las diferencias… exponerlas de esa manera le parecía inapropiado….

Sus pares no estaban de acuerdo con su postura. Le explicaron cuál sería el objetivo y más aún, estando enmarcado en un itinerario de ESI, la propuesta recobraba sentido. La maestra continuaba con una postura rígida. Le recordé que según la ley Nacional Nro 26150, es obligatoria la enseñanza de contenidos de ESI que jerarquiza y prepondera el respeto de los modos de vida diferentes a los propios.

En ese momento, me di cuenta de que el encuadre según una ley, no da cuenta de un proceso de apropiación de parte de los docentes de manera significativa.

Por eso considero que cuando los mitos comienzan a inmiscuirse en el quehacer docente es momento de reflexionar. Estos son un conjunto de anhelos y creencias colectivas que ordenan la valoración social de un determinado relato o figura en una época determinada. También son individuales, puesto que cada persona otorgará a aquello aludido por el mito, una valoración propia y le asignará también un sentido, tanto a su propio accionar como al accionar de los demás.

Hay una ilusión, respecto a que el mito crea un concepto que debe ser comprendido como “natural” y “esencial”. Pero, si retomamos el trabajo áulico como colectivo y heterogéneo, sería un aporte muy valioso poner en común temores y puntos de vista que fijan preconceptos de manera rígida en algunos docentes, basándose en prácticas que no condicen con los niños y las familias con los que trabajamos en la actualidad. 

Es por eso que, junto al Equipo Directivo, decidimos abordar en una EMI actividades referidas a ESI utilizando como recurso la observación de cortometrajes como “El sirenito”, “Aceite de Oliva”. A partir de esta propuesta que resultó descontracturada, flexible y amena se lograron trabajar contenidos como la exploración de las posibilidades del juego y de elegir diferentes objetos brindando igualdad de oportunidades a niños y niñas; el derecho a recibir información pertinente a cada edad contextualizándola según la indagación del niño.

El objetivo en ese Espacio de Mejora era (y es en la actualidad en nuestro Jardín) disponer de conocimientos sobre esta área al igual que de otras sin “impartir”, “reglar” o “estandarizar” ideas, sino que cada uno pueda expresar sus sentimientos, realidades áulicas y apreciaciones personales tomando como punto de partida siempre el respeto hacia el otro, logrando diversificar y enriquecer la mirada.

Justamente, el título del Congreso hace mención a la convivencia ciudadana,

temática compleja de abordar en estos tiempos.

En la actualidad la palabra “convivencia” adquiere un significado que abarca

múltiples acciones relacionadas al compromiso que uno tiene como adulto en

cuanto al respeto por el prójimo. Se involucran acuerdos, armonía,

entendimiento,  diálogo. Se necesita siempre de un “otro” y de la acción sinérgica

entre personas para lograr entrelazar ideas y sentidos.

El disenso enriquece, el debate aporta, sugiere nuevas formas de pensar el

quehacer áulico. Es por ello que, a partir del logro de acuerdos institucionales,

se trabaja de manera mucho más distendida y los equipos de trabajo participan

activamente en la construcción del Proyecto Escuela.

Considero relevante destinar espacios institucionales a la observación de la

práctica y su posterior devolución en una relación dialéctica, como instrumento

para la gestión directiva. revalorizando el lugar del error, "revisitando las

prácticas acostumbradas", abriendo espacios de discusión; que este

seguimiento implique renovación, aprendizaje y no control que inhibe la

creatividad.

Propusimos como Equipo Directivo realizar observaciones de actividades,

pero, en este caso, eran realizadas por maestras de otras secciones quienes

de forma colaborativa, sugerían, alentaban y proponían a sus pares diferentes estrategias para abordar contenidos de ESI, enriqueciendo su trabajo, retroalimentándose unos con otros.

Cabe destacar que el jardín trabaja constantemente creando redes con el Hospital cercano. El equipo directivo invitó a pediatras y especialistas en Educación Sexual, dependientes del Programa de Salud Escolar del Gobierno de la Ciudad para que brindaran una charla al respecto.

La institución debe comprometerse con esta nueva oportunidad que la sanción de la Ley confiere y asumirse como garantes de derecho a la infancia. La responsabilidad en las instituciones es visible y habrá que incluir en sus proyectos de manera transversal algunos aspectos que hacen a la cotidianeidad: revisar discurso, lenguaje, gestos, imágenes, de modo que sean inclusivas para niños y niñas. Una educación no discriminatoria implica una formación de sujetos acordes con el mundo presente y permite relaciones más democráticas.

Trabajar con la diversidad propone construir una actitud que supere la simple contemplación de las diferencias e invita a llevar adelante un proceso profundo de integración.

 

Las aulas de ayer y las de hoy: cambios y permanencias de un sistema educativo que no acompaña las nuevas realidades socioculturales

Existe un mito que dice que si alguien hibernado tiempo atrás despertara hoy, enloquecería en todos los ámbitos menos en uno: el aula, un espacio que, a pesar de las muchas innovaciones que se han aplicado en la educación, va cambiando muy poco a poco. 

Cuando se ingresa a algunas salas, hay ciertos indicios que nos hacen dar cuenta de que el maestro es la figura principal y que en esa tríada didáctica el que aprende solo es el niño y el que enseña es únicamente el docente.

Es importante brindar a los alumnos espacios de trabajo en los cuales se sienta contenido y que tengan en cuenta sus necesidades de enseñanza-aprendizaje.

Me pregunto: ¿qué se entiende por “escucha atenta” cuando este contenido es incluido en las planificaciones áulicas o el P.E.? ¿Se refiere a darle la palabra al niño en un intercambio, prestar atención a las familias cuando comentan cómo ha sido la rutina del niño antes de ingresar a la Institución o va más allá de eso?

Escuchar es acoplar, articular las voces, ajustar los sentidos. Recibir palabras amenas que no interfieren con las ideologías propias es muy sencillo. Cuando se hacen presentes significados y discursos que no se ensamblan con las creencias personales, muchas veces los adultos entran en conflicto perdiendo la capacidad de ser receptor de maneras de pensar disímiles. Escuchar no es estar cien por ciento de acuerdo con el otro, sino tener la capacidad de tener en cuenta sus dichos, interpelar, preguntar, resignificar, en un contexto de amabilidad y por sobre todo, de respeto mutuo hacia las diferencias.

Considero que el docente del siglo XXI debería estar preparado para abordar este aspecto institucional que, a mi entender, es uno de los pilares que enmarcan las escuelas actuales debido a la heterogeneidad de familias que reciben los establecimientos educativos.

Cabe mencionar que entre los propósitos de la Educación Inicial en relación con las familias se destacan: la integración de sus culturas respetando sus individualidades peculiares y en relación a las familias, estrechar vínculos creando espacios de diálogo constructivo y respeto mutuo, como expresa el Marco general del Diseño Curricular. ¿Acaso el respeto es solo utilizar buenos modales? ¿No está contemplado el abordaje de las diferencias? Además, teniendo en cuenta este concepto extraído del Diseño Curricular, en relación a la inclusión, si se integrara a la escuela un niño de otra nacionalidad o religión, algunos docentes lo aceptarían sin inconvenientes pero: ¿qué ocurriría si un niño proviene de una familia homosexual?

 

Conclusiones

El hecho de compartir experiencias y pequeños fragmentos de videos en EMIs, enriqueció la tarea, dándole sentido al trabajo colaborativo y a la libre expresión de los docentes quienes lograron intercambiar, en un marco de respeto, sus puntos de vista fundamentándolos con el material teórico ofrecido. Me pregunto, ¿cómo hacer para brindar durante las jornadas laborales un espacio de reflexión? ¿Acaso los niños no son parte del engranaje que nos permite como docentes andar y desandar nuestras prácticas?

El maestro del siglo XXI debería acompañar y enfocar su trabajo hacia lo pedagógico pensando en el niño y en los aportes que la Escuela Pública puede brindarle para andamiarlo y enriquecer sus aprendizajes. Pero este enriquecimiento no es unidireccional. El docente sensibiliza y reconfigura su ser a partir de la reciprocidad que se establece en el vínculo con los niños.

“El maestro es alguien que inspira a que el niño se transforme, modifique algo de su saber, lo amplíe”.[2] Me pregunto si esta oración que yo misma transcribí al rehacer esta ponencia una y otra vez, en este instante tiene algún significado intrínseco. ¿O es una mera copia transcrita y egoísta en la que el docente se siente único portador de la palabra y de la verdad absoluta?

Salir de la zona de confort, reinventarse, adecuar las prácticas a las familias y niños de hoy, pensar en una escuela “amable” que “contiene” son pilares que todo docente debería andamiar para llevar a cabo uno de los ejes de la política pública: la calidad educativa.

 

Bibliografía

Diseño Curricular: Marco General. Nivel Inicial. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2000.

Diseño Curricular: Niños de 45 días a 2 años. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2016.

Lineamientos Curriculares para la ESI. Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Ley Nacional 26150.

https://www.youtube.com/watch?v=6MuJoFwS5T[3]A

https://www.youtube.com/watch?v=Ddm3fjDPo1M

 

Notas

[1] Licenciada en Educación Inicial. Maestra Secretaria titular. Profesora de nivel terciario. Colaboró en la revista Noveduc n° 299 (nov. 2015) y n° 313 (ene. 2017).

[2] Documentación narrativa de experiencias pedagógicas. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, 2005.

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