top of page

XXVI Congreso Pedagógico 2021

COLECTIVOS Y COMUNIDADES QUE HACEN Y PIENSAN LA EDUCACIÓN PÚBLICA
AUTORES, LECTORES Y ACTORES

Ponentes: Verónica César y Paola Della Valle[1]

Título: Hacemos escuela caminando. Recorridos pedagógicos de las huellas de un libro sobre dinosaurios

 

Palabras clave:  Profesores-investigadores. Deseo en juego. Escuela como frontera. Búsqueda activa. Aula amplificada.

Empezando por la conclusión a modo de introducción

Cuando comenzamos las clases presenciales de manera escalonada este 2021 durante la semana del 17 de febrero, el estudiante que hoy nos convoca este compartir, que llamaremos Luis, abre su mochila y saca para mostrarnos “un libro sobre dinosaurios con opción para mirarlos con unos lentes en 3 D”, mientras refiere que los lentes los perdió en sucesivos desalojos que pasó en el año 2020 y nos pregunta si había alguna manera de reponerlos.

Hasta aquí se podría pensar que se trataba de un estudiante aficionado a los dinosaurios, pero todo cobró un sentido nuevo cuando observando el libro que mostraba nos dimos cuenta que se trataba del que compramos junto a él en una salida didáctica realizada en noviembre de 2019 en la librería del barrio de la escuela.

Una mirada renovada a los lugares que solemos transitar tanto estudiantes como maestros (por ejemplo: en el traslado para llegar hasta la escuela, la salida que pudimos hacer caminando por ciertas calles de la ciudad recorriendo librerías con Luis). De eso trata este taller donde la labor docente advino mucho más para nosotras y para Luis que lo transitado (por lo menos respecto a ese estudiante hasta el momento) dentro del aula de la escuela.

El espacio de este taller buscó, por la nueva forma de comunicación que establecimos, ser una provocación a participar, convirtiéndose en una búsqueda activa. Analizando hoy esta escena escolar entendemos que seguimos para acercarnos a este movimiento a Paulo Freire cuando afirma que:

“Los estudiantes son excluidos de la búsqueda, de la actividad del rigor. Las respuestas les son dadas para que las memoricen. El conocimiento les es dado como un cadáver de información -un cuerpo muerto de conocimiento- y no como una conexión viva con la realidad de cada uno de ellos”. (Freire, 2014, pág.21)

Querer y proponerse escuchar: “atendiendo al lenguaje de la cotidianeidad (...) de nuestros estudiantes nos acerca a saber qué saben, qué quieren, cómo viven. [Examinamos] las palabras y los temas que para ellos son más importantes ya que así [tendremos] materiales de la realidad para el estudio en clase”. (Freire, 2014, pág. 28)

Nos acercamos desde esta escucha también a una posición como docentes abriendo un lugar posible al deseo, siguiendo a Hebe Tizio:

“El vínculo educativo es del orden de lo particular, se establece con cada sujeto, y hay que hacerlo revivir constantemente. El acto educativo, reinventar el vínculo con el alumno es responsabilidad del maestro, tenemos que creer en lo que hacemos. Para causar el interés en el alumno, nosotros mismos hemos de estar interesados, que exista una ilusión por enseñar, y estar advertidos de que hay un límite: O nos sumamos a la norma, lo evaluable, el protocolo, o hacemos una apuesta de coraje y de la crisis actual de la educación tomamos lo positivo: (...) asumir el riesgo de inventar... abriendo un lugar para el sujeto, recuperar el deseo por enseñar, aumentar el intercambio con otros profesionales... Reinventar el vínculo educativo es posible si hay un deseo en juego.” (Tizio, 2003)

Escuchando que Luis comenzaba a poder viajar solo en transporte público hacia la escuela, y conociendo su gusto por los temas de dinosaurios, propusimos un taller para acompañar desde nuestro rol docente esas acciones que le veíamos desplegar (gestos que “leímos” como formas de lenguaje también, dado que Luis no se comunicaba tanto verbalmente y aún no sabía leer y escribir de modo convencional). Hicimos escuela caminando junto al estudiante hacia nuevas escrituras… Conociendo acerca de su gusto por las meriendas dulces, le propusimos un espacio nuevo: viajar en medios de transporte para compartir meriendas con él, al mismo tiempo que visitamos algunas librerías emblemáticas de la ciudad. La librería del barrio de la escuela sita en Perú 1064, San Telmo, dónde Luis eligió el libro de dinosaurios que compramos... el libro que hoy nos convoca también.

 

Desarrollo

Nos reunimos a mediados del 2019 una de las docentes referentes del estudiante Luis con una de las maestras psicopedagogas del equipo interdisciplinario, ante la necesidad de ofrecer un espacio cultural, alfabetizador y contenedor para acompañar al estudiante en su escolarización.

Luis tenía 12 años en ese momento, vivía y vive en un ambiente familiar y económico con muchas dificultades.

Mientras el resto de los alumnos de la escuela comenzaba a concurrir al plan de natación los días jueves, como Luis ya tenía 12 años y había completado ese espacio por más de un año, había que pensar en un taller para que no se sintiera por fuera de una actividad que desplegaba su grupo de referencia. El taller lo proyectamos como motor de “motivación” para todos los participantes:

“[No] [conseguimos] (...) entender el proceso de motivación fuera de la práctica, antes de la práctica es como si se debiera estar motivado para después entrar en acción. Esta es una forma muy antidialéctica de entender la motivación. La motivación forma parte de la acción. Es un momento de esa misma acción. Es decir, tú te motivas a medida que actúas y no antes de actuar”. (Freire, 2014, pág. 21)

Comprendiendo las necesidades de Luis, en apoyo tanto del estudiante como de sus docentes, una de nosotras buscó desde su rol de maestra psicopedagoga ofrecer un nuevo espacio de escucha y de aprendizaje por fuera del espacio físico de la escuela, pero manteniendo las reglas y objetivos de la misma: se trabajó conjuntamente para brindarle a Luis nuevas experiencias de aprendizaje.

“Pensando a la escuela como frontera y como posibilitadora, ella se vuelve potente para ir introduciendo conflictos que provocan alguna posibilidad de interrogación” (Duschatzky, 1999, pág. 81)

Se pensaron cuáles serían las mejores propuestas y cómo adaptarlas a las necesidades y deseos de nuestro querido alumno, retomando el sentido que desplegamos en la introducción respecto al habilitar que “el deseo” se ponga en juego, considerando los contenidos y las actividades educativas que mejor acompañarían el despliegue de una trayectoria escolar real, cuidada. Siendo sostén de Luis, brindando confianza al estudiante, creímos en que se podía. Trabajamos para que Luis pudiera apropiarse del mundo de un modo más creativo siendo parte de él como actor interviniente y no como mero espectador porque entendemos que la escuela puesta en relación con el rigor: “(...) adquiere sentido cuando la experiencia escolar entra en el horizonte de las expectativas de vida de los alumnos” (Jauss, Hohendhal e Iser; 1987). Pensamos en Luis, en sus características de aprendizaje tanto sociales como escolares, tuvimos en cuenta sus intereses y de a poco fuimos viendo cómo se alegraba, cómo se fue interesando por aprender cada día un poco más, su sonrisa y su pregunta recurrente ¿a dónde vamos a ir esta semana?

Toda la escuela comenzó a oír de este taller con Luis y al ver su alegría comenzaron a preguntarnos en los pasillos de qué se trataba: ¡parece que le gusta a Luis! ¿Qué hace? ¿Qué hacen?

La escuela no funciona solamente como el umbral mínimo de reconocimiento social, sino que también funciona como el soporte afectivo que viene a suturar relaciones primarias quebradas ya sea por violencias, abandonos, etc.

Programamos salidas inicialmente por el barrio de la escuela: Museo de Arte Moderno y su librería, “la librería” del barrio ubicada en Piedras 1064, Parque Lezama. Luego, al ir viendo lo interesado que estaba Luis, comenzamos recorridos por avenida Corrientes, Complejo La Plaza, librería “el Ateneo Grand Splendid”, Obelisco. Trasladándonos siempre a pie y en transporte público, colectivos y subtes.

Parábamos a leer cada cartel de las calles, con sus nombres, las numeraciones de las calles y de las casas, los nombres de las estaciones del subte, propagandas. Saludamos y agradecimos la información recibida por parte de los guías o de vendedores que nos atendían.

Luis detenía su paso apurado para deletrear con nuestra guía el nombre de las calles, en el transcurso de las salidas comenzó de a poco a leer las publicidades y los títulos de los libros que ojeábamos juntos en las librerías, averiguamos precios de libros y le preguntábamos: ¿cuánto tendríamos que gastar si compramos tal o cual libro?

Por lo general finalizamos cada salida tomando un café con leche en una librería, una gaseosa con una medialuna o alfajor en un museo. Luego de las salidas, Luis nos contaba que salía de paseo con su madre a los mismos sitios que había visitado junto a nosotras, le mostraba a dónde había ido con sus maestras y le contaba lo que había adentro del museo o de las librerías.

Quizás Luis no ponía en palabras todo aquello que reflejaban sus ojos, su sonrisa, su asombro, pero cada jueves, que era el día en que realizamos las salidas, él no faltaba a la escuela, estaba presente y preguntando ansioso a dónde iríamos esa jornada. Se trataba de descubrir y mirar la ciudad que recorría a diario, pero con un propósito nuevo, comenzar a leer y a descubrir lugares junto a otro que lo acompaña y guía.

Pensar en entablar un vínculo, mirarlo y encontrar junto a él la estrategia más adecuada para acompañarlo en su recorrido escolar durante los últimos años de su escolaridad. Haciendo escuelas cuando la escuela implica apropiarse de ciertos códigos necesarios para dialogar de un modo nuevo con el mundo “la escuela como soporte afectivo que viene a suturar relaciones primarias quebradas” (Duschatzky, 1999, pág. 84)

La escuela como soporte afectivo, habilitando este proceso de enseñanza y de aprendizaje teniendo en cuenta que Luis sabía manejarse en la calle. Nosotras entramos a parte de su mundo, pero abriendo puertas que él solo posiblemente no abriría, dándole nuevos sentidos a su “manejarse por la calle” gracias a las salidas y mostrando que para habitar de una manera más profunda (ya sea estando en la calle, dentro de la escuela, en la vida misma) es necesario leer, reconocer los números, el manejo del dinero, los precios, hablar claramente al dirigirme a otra persona, pedir permiso, decir gracias. Se trató de ir aprendiendo a leer el mundo y desde allí tender puentes hacia la lectura convencional.

Claramente en febrero del 2021 luego de un año en pandemia notamos que aquel taller del 2019 había dejado huellas cuando Luis se acercó a saludar y preguntó si este año se podría hacer el taller. Nosotras sorprendidas le dijimos ojalá que sea posible: ¿te acordás de nuestras salidas? Y él nos dijo sí, tengo el libro de los dinosaurios siempre conmigo y debajo de mi banco. Le consultamos a la actual maestra de Luis y nos cuenta que todos los días hojea este libro y lo toma en sus brazos.

“Un libro sobre dinosaurios con opción para mirarlos con unos lentes en 3D”  sobreviviendo a la pandemia y a sucesivos desalojos, devino semblante de escuela. Una forma de presencia escolar “durante la escuela sin cuerpo presente” (Fórum Infancias).

Cabe destacar que en el transcurso de 2020 fue el Equipo de Conducción de la Escuela Integral Interdisciplinaria No 3 el que ”puso el cuerpo” en cada entrega de bolsones alimentarios y de trabajos y propuestas didácticas cada quince días preservando a cada docente de la institución, al tiempo que fortalecía el lazo con esa gran parte de la comunidad educativa, que son los padres y las madres de nuestros estudiantes incluida la madre de Luis.

Cada padre y madre, o aquel que cumple la función, fueron sostenidos presencialmente por el Equipo de Conducción al mismo tiempo que la organización cuidada, dialógica y respetuosa encabezada por el director en el 2020 fue amasada por su escucha atenta y una presencia quincenal que buscaba siempre alojar de manera presencial, como también de modo virtual, ahí sumando a todo el colectivo docente de la Escuela Integral Interdisciplinaria a este clima institucional humano y humanizante.

Esta modalidad habilitó sonrisas y voces, recorriendo territorios que una letra traza: Luis acompañaba a su mamá en cada entrega de bolsones alimentarios en 2020 estableciendo un lazo de ternura con el Equipo de Conducción; su madre también.

Cabe destacar que el Equipo de Conducción comienza su gestión en el 2020. En 2021 se suman dos nuevas vicedirectoras al equipo que entiende que el conmoverse y dejarse conmover desde la experiencia es lo que muestra una visión diferente hecha desde adentro de las escuelas y que continúa enriqueciendo a cada uno de los protagonistas de esta propuesta concretada en varios actos en 2019, 2020 y 2021, y en distintos escenarios (entre la sede de la escuela y paseando por la ciudad de Buenos Aires en 2019, acercándose presencialmente de modo quincenal durante 2020), son escenas escolares sostenidas por el Equipo de Conducción dado que Luis y su familia poseen actualmente poca o escasa conectividad y se dificulta el trabajo de modo virtual que se sostuvo con entregas de actividades y juegos en formato papel que acompañaron a los bolsones.

“Conmover: He allí una apuesta y un afecto radical una acción que sólo se puede hacer con lxs otrxs; ya sea porque nos dejamos conmover, y por tanto somos movidos por y con esxs que nos interpelan, nos tocan, nos llaman e incluso nos irrumpen. O bien porque somos capaces de movilizar a aquellxs con los que estamos inextricablemente unidos, sean anónimos o cercanos. Conmoverse como un gesto radical de ruptura de la inmunidad, de la cerrazón anestésica a la que nos somete la pedagogía sentimental neo-ego-liberal como un ejercicio afectivo de libertad. Conmovernos como un modo de transformarnos ahí dónde es posible la transformación, el temblor, el abismo del yo. Conmovernos como un acto que nos arroja fuera de nosotrxs mismxs, y nos recuerda nuestra siempre a la vez mortífera y salvífica condición extática, abierta, expuesta, nuestro ser-en-común”. (Cano, Vir, 202: verbo de la letra C)

Analizamos nuestros actos educativos desde la práctica personal y compartida buscando aportes hacia nuestra identidad como educadoras mientras trabajamos desde una Escuela Integral interdisciplinaria donde los “modos de estar” en la escuela, ahora en pandemia nos generaron y nos generan múltiples interrogantes sobre “nuestro ir haciendo escuelas entre varios”: Equipo Interdisciplinario, Docentes, Equipo de Conducción trabajando desde la Modalidad de la Educación Especial en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Compartimos esta “escena escolar” que ha tenido la potencia de “preservarse preservando al sujeto pedagógico autor, lector y actor y a todo un Equipo Docente como acompañantes mediatizando cultura. Las cuatro etapas de Paulo Freire en sus cinco pedagogías: dar voz a quienes no la tienen, el conocimiento como lucha, sueños y utopías yendo del sueño a la realidad. Sabemos que el camino es el de la lucha. Las pedagogías: del oprimido, de la esperanza, de la autonomía, de la indignación y de la tolerancia son y han sido nuestro motor: “La pedagogía del oprimido es un canto al amor, un desafío al deseo de romper las cadenas de la opresión, liberándonos en comunión a través de nuestra historia y nuestra cultura”. (Freire, 1997)

 

A modo de cierre, que es una nueva apertura

Escribimos algunas de las distintas relaciones que “el aula amplificada que nos dimos como institución educativa” para Luis nos permitieron a todos ir estableciendo a modo de puentes posibles entre: sujeto y realidad dialécticamente relacionadas, ni fijas, acabadas, ni carentes de historia, ni de vida emocional.

La complejidad del proceso educativo que alcanzamos a abordar con Luis ha permitido ir desarrollando una dialéctica entre el rescate, por parte del estudiante, de un cotidiano escolar ampliado (las calles y algunas instituciones) y, de ahí, acercarnos al conocimiento y construcción de los conceptos pertinentes para analizar la problemática que estábamos estudiando: una forma posible de alfabetización “estando en [una librería]... [viajando en subte] ” y “estando con [dos de sus docentes]”. “Yendo a la escuela de manera regular el 2020 cada 15 días a retirar los bolsones de alimentos y a seguir alimentando su lazo con la institución y su “ser estudiante de esa escuela” manteniendo un lazo exogámico en un año como ha sido el 2020 que nos retrajo a todos como sujetos.

Entendemos que el sujeto no termina nunca de construir y de de-construir su realidad interna y externa que nunca es la misma, de ahí que el sujeto es el mismo pero no siempre lo mismo. La realidad está en devenir y nosotros y nosotras con ella. Ni el sujeto ni la realidad son estáticos, por el contrario uno depende de lo otro: estamos insertos en una realidad externa e interna que nunca es definitiva y siempre existe la posibilidad de reinventarse.

Creemos que cuanto más críticamente se ejerza la capacidad de aprender tanto más se construye y desarrolla lo que Freire llama “curiosidad epistemológica” sin la cual no alcanzamos el conocimiento cabal del objeto.

Enseñar implica investigación. Mientras enseñamos continuamos buscando, indagando. Enseño porque busco, porque indagué y me indago.

Como docentes “aventureros” responsables. Nosotras no lo pensamos en su momento porque fue el momento de la praxis, y lo estamos escribiendo hoy, pero reconocemos que nos identificamos como aventureras imitando a Paulo Freire. Iniciamos este taller estando abiertas y predispuestas al cambio y a la aceptación de lo diferente. Diferente, en nuestro caso, porque era la primera vez que realizábamos en la Escuela Integral Interdisciplinaria un taller de este tipo.

Sabemos que nada de lo que experimentemos en nuestra carrera docente debe necesariamente repetirse, pero seguimos teniendo ganas de que esto pueda volver a hacerse algún día. Enseñar exige la convicción de que el cambio es posible. Empezamos este proyecto con la convicción de que un cambio era posible en Luis y a veces las cosas no son inmediatas, pero al finalizar el taller observamos muchos cambios, uno de ellos fue que Luis comenzó a leer y a sentirse más seguro de sus posibilidades.

Y este año 2021, Luis egresa de la EII 3 para continuar su trayectoria escolar en una escuela de educación laboral sabiendo leer y escribir.

“El mundo está siendo. Nosotras y nuestros estudiantes también. En el mundo de la historia, de la cultura, de la política, compruebo, no para adaptarme, sino para cambiar. Al comprobar nos volvemos capaces de intervenir en la realidad, tarea incomparablemente compleja y generadora de nuevos saberes que la de simplemente adaptarnos a ella.” (Freire, 1997)

 

Referencias bibliográficas

Aromi, Anna; Tizio, Hebe (coord. y co-autora) (2003). Barcelona: Editorial Gedisa, 1ª edición. Por Beatriz Tomey (docente). Clase 2: Bibliografía ampliatoria. Comentario realizado en el marco de la presentación del libro: Reinventar el vínculo educativo: Aportaciones de la Pedagogía Social y del Psicoanálisis. Disponible en: http.//www.ome-aen.org/actividades/2005/Aromi.htm

Bixio, Cecilia. Enseñar a aprender. Construir un espacio colectivo de enseñanza aprendizaje. Homo sapiens ediciones, 2002.

Cano, Vir. Borrador para un diccionario del desacato. Argentina: Editorial MadreSelva.

Duschatzky, Silvia. La escuela como frontera. Paidós, 1999.

Forum Infancias. Recuperado de: http://foruminfancias.com.ar/la-escuela-hoy/2020

Freire, Paulo. Pedagogía de la Autonomía. Siglo XXI Editores, 1997.

Freire, Paulo - Ira Shor. Miedo y Osadía. Siglo XXI Editores, 2014.

Yáñez Velazco, Juan Carlos (coord.) Paulo Freire: praxis de la utopía y la esperanza. México: Universidad de Colima, 1ª edición, 2007.

 

Notas

[1] Verónica Cecilia César, Licenciada en Psicopedagogía (USAL). Maestra Especializada en Educación Primaria (Profesorado N° 24, Bernal). Trabajadora de la Educación como Maestra Psicopedagoga Titular  (C.E.N.T.E.S. N° 1 DE 5) y Maestra Psicopedagoga Interina (Escuela Integral Interdisciplinaria N° 3 DE 3). Trabajadora en el ámbito de la Clínica Psicopedagógica en consultorio particular (Lanús, Buenos Aires). - Paola Della Valle, Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA). Profesora de Nivel Inicial (Eccleston). Diplomada en Psicoanálisis y Prácticas Socioeducativas. Aportes para abordar el malestar educativo actual (FLACSO). Trabajadora de la Educación como Profesora Tutora en Diplomatura Universitaria: Atención a la Primera Infancia en la Modalidad de Educación Especial (UMET UTE), 2021. Maestra Psicopedagoga y Maestra de Apoyo Pedagógico (Escuela Integral Interdisciplinaria N° 3 DE 3).

bottom of page