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XXVI Congreso Pedagógico 2021

COLECTIVOS Y COMUNIDADES QUE HACEN Y PIENSAN LA EDUCACIÓN PÚBLICA
AUTORES, LECTORES Y ACTORES

Ponente: Pablo Damián Vagnoni [1]

Título: El contenido pedagógico de las luchas

 

Palabras clave:  Hegemonía cultural. Deconstrucción discursiva. Contenido pedagógico de las luchas. Organización. Persistencia. Militancias. Rebeldía. Ciudadanía. Solidaridad. Paro. Subjetividad. Ideologías. Educación.

(Imagen de dron de Infobae en Plaza de Mayo en la Marcha Federal Educativa 2017 https://www.infobae.com/fotos/2017/03/22/las-mejores-fotos-panoramicas-de-la-marcha-federal-docente-2/) 

                En las luchas y reivindicaciones populares, cobra cada día más trascendencia la dimensión del carácter cultural de las mismas. De vital importancia ha de ser deconstruir culturalmente al discurso que el poder esgrime como herramienta en sus esmeros y afanes por instalar, controlar y manipular el sentido común de la sociedad a su merced.
               El concepto de “hegemonía cultural” podría definirse como el fenómeno en el cual un subgrupo de la sociedad, el dominante, logra que el resto de la sociedad reproduzca como si fuera propio el pensamiento y el interés de ese subgrupo. Esto se logra a través del control de la cultura.  De esa forma, se genera una tendencia en aras de que el oprimido se enfrente a quien pudiera defender sus intereses, y por el contrario se abrace con su opresor.
               En lo referente a la educación, hablaremos aquí específicamente sobre algunas caracterizaciones que las clases dominantes buscan imponer culturalmente en relación a los trabajadores organizados de la educación, los cuales son presentados como:
- “Vagos”.
- “Ideologizados”.
- “Que hacen perder tiempo de clase irrecuperable cada vez que hacen paro”.


Al respecto, me permito esbozar unas breves deconstrucciones:

-              Si hay mejoras en los salarios, hay más tiempo de dedicación y preparación docente para con los estudiantes, ya que el docente no tendrá que sobreexplotarse tomando grandes cantidades horarias para poder vivir y, por el contrario, al tomar menos horas pero mejor pagas, el docente podría destinar parte del tiempo que antes estaba 100% frente a curso para capacitarse y seguir estudiando; lo cual se traduce en una mejora pedagógica.
-              Si hay conquista de herramientas educativas como los dispositivos digitales, o bien de diversos tipos de infraestructura; mejora también el proceso y contexto pedagógico de educadores y educandos.

               Ahora bien, de por sí lo precedentemente esbozado impacta en discusiones educativas y pedagógicas, pero quisiera proseguir en otras cosas que los estudiantes pueden inteligir, percibir y experimentar de forma directa a partir de una lucha docente:
 
  -             Lo interesante de la última “acusación” de estar “ideologizados” es que, como bien sabemos, nadie puede escapar a la subjetividad, y es una importante oportunidad para analizar el tema en el proceso educativo. Tal vez una de las formas más efectivas de imponerla, sea naturalizando el estado actual de cosas. Es el mensaje del “Fin de la historia” y del “Fin de las ideologías” del que nos hablara Francis Fukuyama[i] en un intento postmodernista de construcción hegemónica cultural imperialista: no tendría sentido seguir hablando de ideologías y de revoluciones pues, tras la caída de la Unión Soviética, se habría demostrado que en este capitalismo triunfante nos encontraríamos en el estadío más alto del desarrollo de la humanidad; y cualquier alteración sería retroceder.
               En ese sentido, una de las formas quizás más eficaces de plasmar la ideología del poder imperante es… naturalizarla por omisión. No hablar de ella. Dado que está vigente en el orden de las cosas, se solidifica en consecuencia de no cuestionarla y hablar de otros tópicos. De este modo, se busca que si alguien descarrilara y osara cuestionar por modo propio a la ideología dominante, cesara en esa tarea concluyendo que “ha sido así con mis padres y con mis abuelos… es natural y normal que así sea”. Pues bien, que no se hable de ideologías en las aulas es tal vez el intento de imposición ideológica más feroz que podamos presenciar, siempre en concomitancia con las intenciones del poder hegemónico vigente[ii].
 
-              Creer que está bien culpabilizar al trabajador que resiste las injusticias y acusarlo de que con un paro “hace perder tiempo de clase irrecuperable”, por un lado puede implicar caer en el error de culpabilizar a la víctima y no al victimario de una situación: si no hubiere una situación de injusticia previa, no habría reclamo; y si los canales de diálogo, comunicación y expresión funcionaran por otras vías, no existiría la necesidad de una huelga. Pero por otro lado, nos interesa en este artículo resaltar que, para el educando, las luchas docentes pueden permitir reflexionar sobre otros ítems tales como:

-              El valor de la rebeldía. No se trata de una educación que nos enseñe a obedecer sino a luchar contra las injusticias.
-              El camino de las rebeldías no es un camino de flores. Y a veces pareciera que no se consigue nada, pero las luchas se acumulan, se enriquecen, se unifican en heterogeneidades, y van degradando los cimientos del poder. Cuando esos cimientos caen, pareciera que ha sido de repente, pero sin embargo tiene todo un trabajo previo.
               Ya expresara este concepto Karl Marx en la metáfora que hiciere en su discurso en ocasión del aniversario del semanario "The People's Paper" , en su número 207 publicado el 19 de Abril de 1856, sobre el viejo topo excavando los soportes de la historia: “…al viejo topo que sabe cavar la tierra con tanta rapidez, a ese digno zapador que se llama Revolución”[iii]) o también el Subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuando en Octubre del 2002, esbozara las siguientes palabras


                “…Así que (…) encontré un libro que me prestó el Javier Elorriaga.
El librito se llama Nueva Etiopía, y es de un poeta vasco que se llama Bernardo Atxaga. Hay ahí un poema que se llama «Reggae de las Mariposas», que habla de las mariposas que vuelan mar adentro y que no tendrán un lugar donde posarse porque el mar no tiene islas ni rocas.
Bueno, que me perdone don Bernardo si la síntesis no es tan afortunada como su reggae, pero me sirve para lo que quiero decirte:
La Rebeldía es como esa mariposa que dirige su vuelo hacia ese mar sin islas ni rocas.
Sabe que no habrá donde posarse y, sin embargo, su vuelo no titubea.
Y no, ni la mariposa ni la rebeldía son tontas ni suicidas, lo que pasa es que saben que tendrán donde posarse, que hay por ahí un islote que ningún satélite ha detectado.
Y ese islote es una rebeldía hermana que, es seguro, saldrá a flote justo cuando la mariposa, es decir, la rebeldía voladora, empiece a desfallecer.
Entonces la rebeldía voladora, es decir, la mariposa marina, pasará a formar parte de ese islote emergente, y será así el punto de apoyo para otra mariposa que ya emprende su vuelo decidido rumbo al mar.
La cosa no pasaría más allá de una curiosidad en los libros de biología, pero, como dijo no sé quién, el aletear de una mariposa suele ser el origen de los grandes huracanes.
Con su vuelo, la rebeldía voladora, es decir, la mariposa, está diciendo ¡NO!
No a la lógica.
No a la prudencia.
No a la inmovilidad.
No al conformismo.
Y nada, absolutamente nada, será tan maravilloso como ver la osadía de ese vuelo, apreciar el desafío que representa, sentir cómo se empieza a agitar el viento y ver cómo, con esos aires, no son las hojas de los árboles las que tiemblan, sino las piernas de los poderosos que hasta ese entonces pensaban, ingenuos, que las mariposas morían mar adentro.
Pues sí, mi apreciado moscovita, es sabido que las mariposas, como la rebeldía, son contagiosas.
Y hay mariposas, como rebeldías, de todos los colores
Las hay azules, que se pintan así para que el cielo y el mar se las disputen.
Y las hay amarillas, para que el sol las abrace.
Las hay rojas, pintadas así por sangre rebelde.
Las hay marrones, que llevan así en las olas el color de la tierra.
Las hay verdes, que es como suele pintarse la esperanza.
Y todas son piel, piel que brilla sin importar el color que las pinte.
Y hay vuelos de todos los colores.
Y hay veces que se juntan mariposas de todas partes y entonces hay arcoíris.
Y la tarea de las mariposas, lo dice cualquier enciclopedia que se respete, es traer el arcoíris más abajo de modo que los niños puedan aprender a volar."
[iv]

 


 -             La importancia de la persistencia, de la organización y de la unidad. A veces se cree imposible poder cambiar el mundo desde el lugar que tenemos, pero la unión hace la fuerza y la diferencia. Se aprende de las facciones internas en las luchas y al mismo tiempo que, cuando estas priman sobre la unidad necesaria en función de un objetivo mayor, y/o si los trabajadores no están unidos por cualquier causa, los resultados no suelen ser los pretendidos. En ocasiones parece que nunca se logrará el objetivo buscado pero, con persistencia, en algún momento la pared… se cae.

Por medio de las luchas docentes el educando no sólo no pierde tiempo de clase, sino que continúa educándose por otros medios al percatarse que:

-             Los derechos no caen del cielo sino que se obtienen peleando por ellos[v].

-              Consecuencia de lo anterior otro concepto: La importancia de “poner el cuerpo” a lo que se dice.

-              El paro es una herramienta más de lucha y de expresión, susceptible de ser utilizada cuando fuere pertinente.

-              Todo esto conlleva a un vivenciar la historia en el presente, y a entender cómo se llegó a las conquistas sociales que hoy forman parte de nuestras vidas.
-              No tiene sentido hablar de democracia, libertades y derechos sociales sin defenderlos o conquistarlos cuando las circunstancias lo reclamen.
 
-              La misma idea de “Pérdida de tiempo”: Está relacionada con una reproducción del concepto mercantil de “productividad”, e incluso de la denostación de la “procrastinación”.
               Uno puede reproducir manuales estudiantiles prefabricados y abstractos (en cualquier nivel, incluso universitario), mas eso no significa aprender a pensar sino aprender a repetir, a fabricar sumisión a las estructuras vigentes, a no cuestionar. La circunstancia de “hacer mucho”, de “hacer más”, de “Copiar”; no es aprender críticamente.
-              La importancia de la organización, y el concepto de que nadie se salva solo.
-              En consecuencia del ítem precedente, la práctica de la solidaridad.
-              En la era de la inmediatez, el Neoliberalismo dice: “No sirve, no genera contenido”.  
                Sin embargo, la educación no es un concepto que necesariamente se ajuste a la inmediatez. Es un proceso. Como tal, ha de tener efectos en el resto de la vida. Entre ellos se halla la creación de ciudadanía. El encontrarse con ex estudiantes en cualquier tipo de luchas populares (reivindicando comida para comedores, presupuesto educativo, aumento para los jubilados y/o para la salud pública, o militando cualquier causa justa) es la prueba de que no sólo es falso que “se pierde educación” con la lucha de los trabajadores docentes organizados, sino que a partir de esa praxis además se siembra rebeldía contra las injusticias, se contagia una peligrosa ciudadanía para quienes osan robar los sueños.
-              Si lo pertinente es educar desde el aquí y ahora cotidiano, las movilizaciones en las calles y las medidas de fuerza dan material para analizar las relaciones de trabajo, las condiciones laborales, la lucha de clases en general. No se estudia en una abadía medieval tras cuyos muros la realidad urge a los gritos ser modificada. La institución educativa no debe ser símil a un auto polarizado que sube las ventanillas cuando la realidad duele. No es la educación popular una burbuja elitista, ajena y despreciativa de los sentires, de las condiciones y de las circunstancias sociales. Se vive en comunidad, y nos debemos nutrir de la misma para discutirla y buscar mejorarla. Y eso sólo puede hacerse colectivamente.



 

 

 

 

 

 


 
Foto Abadía del Monte Saint Michel-Francia:   Foto de Bernardino Ávila:


-              El contenido pedagógico de las luchas ha de poder reflejarse incluso en el nivel de conciencia desarrollado en lo que pudiera ser un armado colectivo de actos,  conmemoraciones y espacios de reflexión en fechas trascendentes. Por caso en La Argentina eso podrá apreciarse, dentro del calendario académico, en la configuración y organización de actos tales como el “Día Internacional de los trabajadores”[vi] el 1ro de Mayo, un 16 de Septiembre por “La noche de los Lápices” [vii],  un 24 de Marzo por el “Día de la Memoria, Verdad y Justicia[viii]”, un 12 de Octubre[ix] en jornadas de reflexión y repudio ante el inicio del genocidio y saqueo europeo en América, un 20 de Noviembre[x] por el Día de la Soberanía Nacional”, o mismo en los días destinados a honrar distintas batallas independentistas o las figuras de diferentes próceres que lucharon por la justicia y la libertad. Permite entender y dimensionar también a emblemas docentes más contemporáneos como Carlos Fuentealba[xi].
-              Se trata de una circunstancia que proporciona al educando un registro visual y auditivo de la historia del movimiento obrero, en el cual también están sus docentes presentes como parte del mismo.
-              Se aporta la posibilidad de distinguir y analizar a las dificultades que implican la lucha social y su organización.
               Hacer un paro no es gratuito. Tiene consecuencias de diversa índole. Descuentos económicos, peligros con respecto a la estabilidad laboral, estigmatizaciones sociales, e incluso la muerte, como se mencionara en un ítem precedente respecto de reclamos laborales como los de Carlos Fuentealba o Los mártires de Chicago, o también los estudiantiles en lo que se conoce como La noche de los lápices. Entonces, no sólo permite estimar el valor de la rebeldía como dijera al principio de estos ítems, sino que también aporta una valoración ética para con las actitudes de vida. Es más fácil no adherirse a un paro frente a las dificultades que implica adherirse. No adherirse evita descuentos, persecuciones, inestabilidades, malestares varios. Pero si la lucha tiene éxito, el beneficio no es sólo para los que lucharon sino para todos. Y quien no lucha jamás dice “no me den los beneficios de la lucha porque yo no luché”. El educando, al vivenciar las discrepancias actitudinales, también se forma un carácter ético moral de sus propias acciones futuras de acuerdo a sus conclusiones personales.
               Este ítem no pretende tener la verdad revelada ni diferenciar “docentes malos” de “docentes buenos”. Eso sería absurdo. Al contrario: cada docente por seguro ha sido testigo en numerosas oportunidades de que muchísimas veces un trabajador quiere adherirse a una medida de fuerza pero no puede sobrevivir si se le lleva a cabo el descuento con que las patronales lo coaccionan en caso de que haga huelga, con lo cual aquí no se trata de acusar ni de juzgar a nadie sino de comprender las posibilidades y coyunturas.
               A propósito de este último párrafo, también se puede desarrollar un conocimiento perceptivo que da lugar a una reflexión pedagógica y valorativa sobre lo que es un fondo de huelga y la solidaridad de clase.
-              En función de lo anterior, el docente que lucha, no es vago. Le sería más cómodo no luchar. Sin embargo lucha, lo cual implica coraje, organización, solidaridad y compromiso ético.  
-              También entraña la conceptualización de que la lucha docente no es un hecho aislado, y que la comprensión de la realidad es un concepto holístico. De ese modo, la lucha docente se enmarca en una contextualización junto con otras luchas territoriales, organizaciones sociales, diversos tipos de militancias que… entre otras cosas, incluyen también a las propias familias de los educandos, de forma directa o indirecta, cuando no a los estudiantes mismos.
-              Esto último, reitero, también incide en la percepción de que nadie se salva solo. Todos tenemos diversos anclajes con los cuales aportar y complementarnos.
-              Interesante es también que las consignas que los trabajadores de la educación exhiben en sus luchas, en sus pancartas y reivindicaciones (tales como condiciones dignas educativas, alimentos en los comedores escolares, reclamos ante ausencia de dispositivos y herramientas de estudio, medidas concretas para combatir las violencias familiares y la inseguridad en el barrio,  etc…) salen del diálogo, la escucha y la dialéctica entre docentes y estudiantes. Ergo siendo el estudiante ignorado por las autoridades gubernamentales, cuya indiferencia degenera en el desarrollo de las problemáticas a solucionar, el hecho de percibir al docente luchando por superar aquellas condiciones de dificultad que el estudiante le ha confiado, también le significa al educando un acto confirmativo del sentirse alguien, sentirse importante y sentirse escuchado y valorado. El gobierno puede ignorarnos, pero los docentes no lo hacen. Y vamos a luchar para que no sigan ignorándonos. ¿Qué otro ejemplo más digno de construcción de comunidad educativa?
               Tal vez sea por eso que, ante los reiterados ataques mediáticos a la lucha docente, nunca han logrado que la sociedad se ponga en contra. Porque hay fuertes lazos de amor y solidaridad que los discursos del poder no han podido romper. Cuando se incendia una casa no está el gobierno, pero sí la comunidad educativa y las organizaciones sociales. De igual modo cuando ocurren situaciones de violencia, de maltrato, problemas psicológicos, económicos o de diversa índole. No es tan fácil romper ese vínculo. Frente a un gobierno que los ignora... el docente no lo hace.
              
-              La trascendencia del vivenciar que los medios de comunicación no son neutrales sino que responden a los intereses de sus dueños, inmersos en la lucha de clases. La experiencia vívida de que los medios han de mentir.
               La tele llama “terrorista” al docente que lucha por mi comida en los comedores escolares, con quien nos educamos todos los días en las aulas, a quien conozco y tengo establecidos lazos de cariño y respeto… por lo tanto… percibo que los medios mienten.
                ¡¿Qué mejor comprobación educativa empírica del despertar del pensamiento crítico para con lo que publican los medios de comunicación de aquí al resto de la vida?!
                Si los medios de comunicación hablan mal de algo/alguien o de algún grupo social, es porque de alguna forma ese algo/alguien/grupo social perjudica en su accionar a los dueños de esos medios de comunicación que, tal vez, respondan a unos intereses de clase que no son los míos. Por ende, desconfiaré críticamente de lo que se publique, analizando siempre la fuente de información.  

               Si invertimos el tradicionalismo pedagógico de adaptar las futuras prácticas a la teoría, y por el contrario buscamos entender, reflexionar y construir la teoría con y en la práctica; partimos como material de clase de todo aquello que nos sucede en la vivencia, con la teoría nos ayudamos a pensar acerca de nuestras praxis, a la cuales volvemos enriquecidos tras y durante el reflexionar teórico, dialéctico y colectivo. No es un aprender crítico el acumular conceptos teóricos sin relacionarlos con la praxis. El quedarse únicamente en el estudio de categorías teóricas pasadas, no nos prepara necesariamente para nuevos tipos de situaciones que pudieren tal vez escapar a esas distinciones. La historia es un proceso en continuo cambio y movimiento, y como tal exige constantemente nuevos tipos de análisis y acciones. Ya se ha demostrado lo falaz de la pretensión positivista de explicar las relaciones sociales con reglas algorítmicas.
               Olvidaremos con frecuencia muchos de los nombres y fechas que leemos. Lo que no olvidaremos es la práctica de la libertad, la tolerancia, el diálogo, el respeto; el cultivo constante de un análisis holístico y de un pensamiento crítico en movimiento (tanto en teoría como en práctica); el ejercicio de un compromiso con el entorno y con la justicia; la solidaridad y la empatía que esto último conlleva; y que los derechos no caen del cielo sino que debemos luchar por ellos. La vivencia de esas experiencias permite desarrollar futuras y agudas inteligencias, habilidades de discernimiento, ingenio y estimaciones; diversos accionares y capacidades de reacción frente a las aún desconocidas y diferentes circunstancias que la vida habrá de deparar.

               Por todo, no sólo son falsas las acusaciones de vagos para con los docentes organizados (el organizarse es más incómodo e implica más esfuerzos y peligros que el no organizarse) y es erróneo tomar como insulto la adjetivación ideologizados ya que todos tenemos ideologías, la objetividad no existe, y la manera más colosal de generar consentimiento pasivo o aceptación frente al poder imperante es por ausencia de la temática política y una consecuente naturalización del estado de situación; sino que además… las luchas son susceptibles de engendrar, desenvolver y suscitar profundos contenidos pedagógicos.

 

Notas

[1] Profesor de Enseñanza Media y Superior en Filosofía (UBA), en ejercicio laboral docente en niveles de Educación Media, Preuniversitaria y Universitaria.

[i] Funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. durante el gobierno de George Bush padre. En 1992 publicó su libro “The end of the History and the last man”, al cual aquí se hace referencia.

[ii] Sobre la imposibilidad de la objetividad, véase desarrollo del artículo
Vagnoni, Pablo Damián: “Aportes, problemas y reflexiones en torno a la educación y a la identidad”,  publicación del XXIII Congreso Pedagógico UTE CTERA “Educación, democracia y resistencias. Lucha y soberanías políticas”, año 2018, ISSN 2618-365X, también en  https://pedagogicoute2018.wixsite.com/congreso/vagnoni 

[iii] https://webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe1/mrxoe114.htm#fn0

[iv] https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2002/10/12/a-angel-luis-lara-alias-el-ruso-sobre-la-inauguracion-del-aguascalientes-en-madrid/

[v] A nivel inicial o primario, no será cuestión de hacerles creer a los educandos que todo es armonía y que, por caso en las independencias de América, libertadores como San Martín y Bolívar sintieron angustia por romper el yugo colonial. La liberación, por el contrario, implicó luchas y batallas para que el resultado final pudiere ser fructífero.

[vi] 1 de mayo de 1886, cuando se iniciara en Chicago (EEUU) la huelga de trabajadores que reivindicaron la jornada laboral de 8 hs, en homenaje a los Mártires de Chicago,  trabajadores ejecutados en el devenir de la reivindicación. 

[vii] En memoria de los estudiantes secundarios desaparecidos, secuestrados y torturados en la última dictadura cívico-religioso-militar argentina, cuando peticionaban por un boleto estudiantil en el transporte.

[viii] 24 de Marzo de 1976, cuando inicia la dictadura cívico-religioso-militar argentina, que se extenderá hasta el 10 de Diciembre de 1983.

[ix] 12 de Octubre de 1492, cuando arriban al continente americano las embarcaciones al mando de Cristóbal Colón.

[x] 20 de Noviembre de 1845, en conmemoración a la resistencia contra la intromisión de los barcos de guerra y buques mercantes imperialistas de Gran Bretaña y Francia en el territorio nacional. 

[xi] Docente argentino asesinado en un contexto de represión policial en jornada de protesta con corte de ruta en Abril del 2007 (el 4 de Abril sufrió el ataque, y el 5 falleció en el hospital). 

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